La adenomiosis es una patología ginecológica crónica que se produce cuando el tejido que recubre el útero en su interior, el endometrio, se desarrolla hacia la pared muscular uterina, como invadiéndola.
«En la endometriosis el endometrio crece fuera de la matriz; mientras, en la adenomiosis, el endometrio se encuentra fuera en la parte muscular de la matriz; es decir en la pared gruesa de la matriz, que básicamente es músculo”, explica el doctor Manuel Lloret Ferrándiz, responsable médico de la Unidad de Reproducción La Vega.
Las células endometriales de la adenomiosis funcionan tal y como lo harían si no se hubieran desplazado de su lugar natural, y con cada nuevo ciclo menstrual, debido al efecto hormonal, se engrosan y degradan, provocando molestias en las pacientes.
Los síntomas son muy parecidos a los de la endometriosis: fuertes dolores en las menstruaciones, abundante sangrado uterino, así como problemas de infertilidad. «Aunque hay mujeres que no aprecian síntomas, en otras puede ocasionar sangrado no relacionado con la menstruación, dolor en la parte baja de la espalda, o molestias durante las relaciones sexuales», añade el especialista.
Causas y síntomas de la adenomiosis
Esta patología puede tener:
• Causas congénitas: durante el periodo embrionario habría células que emigran al músculo uterino.
• Invasión de las células hacia el músculo tras cirugías en el útero, como la cesárea.
• En periodo postparto, podrían producirse roturas en el límite endometrio-músculo favoreciendo la invasión del mismo.
Los síntomas son parecidos a la endometriosis, pero más larvados: dolor pélvico y menstrual, sangrado mayor de lo normal y problemas de fertilidad, puesto que la contractilidad uterina se encuentra aumentada y alterada la receptividad endometrial, produciéndose fallos de implantación del embrión.
Efecto negativo sobre la fertilidad
La adenomiosis puede ser causa de infertilidad, reduciendo las probabilidades de embarazo, produciendo fallos de implantación por alteraciones relacionadas con la regulación genética, los movimientos uterinos o la receptividad endometrial y la implantación.
Además, esta patología puede dificultar el transporte de los gametos bloqueando la fecundación. Esta afección también puede influir en el correcto desplazamiento del embrión al lugar de implantación y complicar la llegada de nutrientes y oxígeno
Diagnóstico y tratamiento
La palpación del útero, la realización de una ecografía transvaginal son pruebas útiles y eficaces para detectarla, así como la resonancia magnética nuclear, pruebas que no resultan invasivas para la paciente. Otros métodos más invasivos son la histeroscopia para visualizar la cavidad uterina y poder tomar una biopsia que pueda confirmar el diagnóstico.
Como tratamiento sintomático, la toma de anticonceptivos o DIU con progestágenos, suelen ser eficaces. Si hay deseo gestacional, el tratamiento puede conllevar histeroscopia quirúrgica combinada.puede indicarse un tratamiento quirúrgico para eliminar tejido adenomiótico y reconstruir la pared uterina. El doctor Lloret puntualiza que “su tratamiento ha de ser individualizado para cada paciente dependiendo de la gravedad de los síntomas y de la edad de la paciente”.