La vitrificación de óvulos se ha convertido en la técnica con mayor índice de eficacia para preservar la fertilidad. Científicamente está demostrado que la tasa de embarazo es la misma que si se recurre a una fecundación in vitro con óvulos frescos.
El cáncer de mama es, posiblemente, el tumor maligno más conocido por ser uno de los más frecuentes. La buena noticia es que hoy día la tasa de mortalidad es de las más bajas en España, por lo que la gran mayoría de las pacientes superan esta patología. No obstante, los tratamientos de quimioterapia, radioterapia o cirugías pueden comprometer la fertilidad futura y provocar daños irreversibles en los óvulos. Ante esta circunstancia, los avances científicos proponen una revolucionaria y eficaz técnica para preservar la fertilidad: la vitrificación de óvulos.
Años atrás, las pacientes oncológicas se veían obligadas a aceptar que la pérdida potencial de la fertilidad podía ser la consecuencia de salvar su vida. Hoy la situación ha cambiado, y gracias a los innovadores procesos de reproducción actuales, cuentan con la posibilidad de normalizar su vida y concebir sin problema finalizado el tratamiento.
La consolidación de la vitrificación de óvulos supone un hito revolucionario en la vida de la mujer. Se ha convertido en la técnica de fertilidad actual con mayor índice de eficacia, permitiendo la preservación de las células reproductoras y “congelar” así el sueño de ser madre.
Congelación en menos de un segundo, clave del éxito
A pesar de suponer uno de los avances más notables en el desarrollo de la reproducción asistida, la vitrificación sigue siendo aún bastante desconocida. La técnica consiste en extraer un adecuado número de óvulos y congelarlos mediante un método ultrarrápido, conservando todo el potencial fértil del momento de su congelación. Con este proceso, el reloj biológico pierde la batalla frente a la ciencia, y la mujer se asegura el embarazo con óvulos propios una vez superado el cáncer.
El director de la Unidad de Reproducción Vistahermosa, el doctor José López Gálvez, explica que con el proceso de vitrificación “los óvulos pasan, en menos de un segundo, de 22 °C iniciales a -196 °C, a una velocidad de enfriamiento de 23.000 °C por minuto, un cambio tan ultrarrápido que el agua que hay en el óvulo no tiene tiempo de congelarse, y lo que hace es vitrificarse, pasando a un estado similar al de una gelatina muy dura”.
Aquí es precisamente donde radica el éxito de la vitrificación, indica el especialista, “ya que, de este modo, se evita la formación de pequeños cristales de hielo que pueden dañar las estructuras intracelulares, para que los óvulos mantengan todo su potencial en perfecto estado y totalmente inalterable durante años, conservándolos en nitrógeno líquido, en fase de vapor, con sustancias crioprotectoras, que evitan la rotura de las membranas celulares”. López Gálvez subraya que “los óvulos vitrificados no envejecen y mantienen su calidad sin fecha de caducidad, por lo que pueden conservarse sin límite de tiempo hasta el momento de su desvitrificación. Además, científicamente está más que demostrado que la tasa de embarazo es la misma que si se recurre a una fecundación in vitro con óvulos frescos”.
Vitrificar para detener el paso del tiempo
El proceso de vitrificación se desarrolló en un principio pensando en las mujeres que podían ver su fertilidad comprometida por la administración de tratamientos oncológicos. Sin embargo, debido a los actuales motivos socioculturales, que tienen como consecuencia el incremento del retraso de la maternidad, la opción que supone la vitrificación ha superado con creces las expectativas iniciales.
La primera revolución femenina se dio con la creación de la píldora anticonceptiva. Hoy, el segundo gran avance para la mujer, es la vitrificación de sus óvulos, desafiando al reloj biológico, preservando y protegiendo la fertilidad de sus gametos hasta el momento en que decida formar una familia. Hoy las mujeres pueden tener hijos en edad avanzada, y sus bebés nacen sanos y fuertes.
Esta innovadora técnica también ofrece la mayor garantía de éxito a mujeres afectadas por endometriosis (crecimiento de tejido endometrial fuera del útero), dolencias del sistema autoinmune, o pacientes que quienes les ha sido extirpado un ovario.
Los especialistas de la Unidad de Reproducción Vistahermosa, con más de 35 años de experiencia, investigación y formación en Medicina Reproductiva, recomiendan que “si una mujer decide postergar su maternidad, debe vitrificar sus óvulos antes de que se inicie el declive de su fertilidad, para garantizarse así las máximas probabilidades de ser madre con óvulos propios en edad avanzada”.
El director del centro de reproducción de la Clínica HLA Vistahermosa de Alicante, incide en que “la preservación de la fertilidad ha de realizarse antes de los 35 años, porque a partir de esa edad disminuye la cantidad y calidad de los óvulos, por lo que la mayoría de mujeres que desean ser madres mayores de 40 años, si no tienen sus propios óvulos vitrificados, aunque se sometan a un tratamiento de reproducción asistida, tendrán de recurrir a la donación de óvulos de una mujer joven para lograr el ansiado deseo de ser madres”.