El estado de salud general está estrechamente relacionado con la fertilidad. Una vida saludable potencia la fertilidad, mientras los excesos la perjudican. De hecho, el sobrepeso y la obesidad influyen muy negativamente en la salud reproductiva de la mujer.
Los profesionales de Medicina Reproductiva coinciden en que la actividad física nos mantiene en equilibrio y contribuye a rebajar los niveles de estrés, al tiempo que regula el peso y nuestro estado general
Como hemo señalado anteriormente el exceso perjudica nuestra salud, y así ocurre también con la exagera intensidad de ejercicio físico. El ejercicio vigoroso se encuentra relacionado con los desequilibrios hormonales femeninos y masculinos, y, concretamente, es perjudicial a la hora de buscar el embarazo.
En el caso de las mujeres, hay que fijarse en las deportistas de alta competición o aquellas que realizan ejercicio intenso diario. Estas mujeres suelen tener alteraciones en sus ciclos menstruales. Además, también tendrían alteraciones en los niveles de estrógenos, algo que podría incluso conducir a la falta de ovulación y de regla. Por lo tanto, el exceso de ejercicio puede influir en la fertilidad de la mujer y provocar ciclos menstruales anovulatorios, que se traducen como un problema a la hora de ser madre y la ausencia de la ovulación.
La menopausia precoz es una realidad, y aproximadamente el 0,1% de las mujeres la padecen. En el caso de las deportistas profesionales esta cifra aumenta muchísimo. Por ejemplo, las corredoras de fondo estarían en torno al 30%. Esto tiene una explicación que nos hará entender porque el ejercicio extremo no es bueno. Cuando realizamos mucho ejercicio de forma muy intensa, se altera el porcentaje de grasa corporal y los niveles de glucosa en la sangre. Esto altera la producción de hormonas como la insulina, algo que influiría directamente en la ovulación.