El estudio de la fragmentación del ADN espermático

El estudio de la fragmentación del ADN espermático

Cuando una pareja encuentra problemas para concebir enseguida comienzan las dudas sobre ¿Será un problema mío? ¿de mi pareja? ¿seremos incompatibles para tener un hijo?

Se recomienda acudir a un centro de reproducción asistida para valorar la situación cuando la pareja lleva más de un año teniendo relaciones sin protección y no ha conseguido el embarazo, seis meses en casos donde la edad materna es avanzada (mayor de 36 años) o se conoce algún problema previo relacionado con la fertilidad.

En el caso de los varones la prueba básica en el estudio de fertilidad es el seminograma. Con esta prueba podremos determinar la concentración, porcentaje de movilidad y la morfología espermática entre otros parámetros. Una vez realizada esta prueba podemos ir más allá en el estudio del semen, una de las pruebas complementarias es la fragmentación del ADN espermático. Con esta prueba se evalúa la cantidad de roturas en el material genético que contienen los espermatozoides de un individuo.

 

La fragmentación alterada, con un porcentaje de espermatozoides fragmentados superior al 30% de los estudiados en la muestra, se relaciona con problemas para conseguir un embarazo de forma natural, abortos de repetición y mala calidad embrionaria en los tratamientos de fecundación in vitro, aun cuando el hombre tiene un seminograma normozoospérmico (normal). Siendo por lo tanto la fragmentación alterada causa de infertilidad masculina. Aunque suele haber más porcentaje de varones con fragmentación alteradas en aquellos que ya tienen alteraciones en el seminograma, sobre todo en astenoteratozoospérmicos (bajo porcentaje de espermatozoides móviles y bajo porcentaje de espermatozoides morfológicamente normales), oligoteratozoospérmicos (bajo concentración de espermatozoides y bajo porcentaje de espermatozoides morfológicamente normales) y teratozoospérmicos (bajo porcentaje de espermatozoides morfológicamente normales).

Hay personas que tienen más probabilidad de tener el porcentaje de espermatozoides fragmentados alterado. Hay estudios que confirman que la edad paterna avanzada (mayor de 45 años), el tabaquismo, la exposición a contaminantes químicos como pueden ser los pesticidas y algunos tratamientos farmacológicos pueden aumentar el porcentaje de fragmentación. Así como llevar ropa ajustada, mantener la temperatura testicular elevada de forma continua (vida sedentaria, poner móviles o portátiles cerca de los testículos, etc.) o ciertas infecciones también pueden influir en esta prueba.

Afortunadamente algunos de estos casos se pueden tratar llevando un estilo de vida más saludable y tomando antioxidantes durante al menos 3 meses, así como tratando la causa de esta fragmentación alterada (operando un varicocele, prescindiendo de ciertos medicamentos, etc.). Aunque a veces esto solo no es suficiente.

En el caso de los pacientes que se van a someter a una fecundación in vitro. La realización de la técnica de Columnas de Anexina (MACS) puede reducir el porcentaje de espermatozoides fragmentados de forma previa a realizar el tratamiento, pudiendo así conseguir mejores resultados.