Afrontar el duro golpe de no lograr el embarazo mide la fortaleza de la pareja. Remar en el mismo sentido para superarla con ayuda especializada requiere un duro trabajo en equipo de amor, conexión y apoyo mutuo. Los especialistas de la Unidad de Reproducción La Vega consideran muy importante la asistencia psicológica profesional, así como el contacto con parejas y mujeres que se encuentran en similar situación a través de asociaciones como son Red Nacional de Infértiles, Masola, (madres sin pareja por decisión propia y otros modelos de familia) o Grupo de Apoyo Hello, descubriendo que en este mar son muchas las barcas que navegan, superan tempestades y vencen el cansancio, logrando llegar a buen puerto, disfrutando la feliz noticia de esa beta positiva que les anuncia que su bebé está en camino. Un complemento a este apoyo son las parejas que han pasado o están pasando por lo mismo que tú. Compartir con ellas tus experiencias te ayudará.
“Cuando estamos inmersos en un tratamiento de reproducción asistida, nos acompañan sentimientos de tristeza y tiendes a aislarte y estar apática. Durante este tiempo se produce una revolución de sentimientos que afloran que la mayoría confunde con pena, obsesión, estrés, frustración o envidia de un embarazo ajeno. Es una tristeza muy profunda, porque desde hace años que sueñas con tener un hijo, incluso tenías pensado su nombre, y lo que, al principio era una ilusión, se convierte en una desesperación porque ese deseado bebé no llega, e incluso te sientes culpable”, expresa Ana María, que tras varios abortos, gracias a un tratamiento de fecundación in vitro con análisis genético de los embriones ha conseguido ser madre de una niña y pronto volverá para implantarse otro de los embriones que tiene vitrificados para lograr un segundo embarazo y ampliar la familia.
Enfrentarse con éxito a la infertilidad
Un proceso de fertilidad lleva implica un periodo de tiempo determinado. Una de las principales causas del fracaso temprano del tratamiento es el tirar la toalla antes de tiempo; alrededor de un 25% de las parejas lo dejan tras un primer ciclo negativo, al sentirse física y emocionalmente desbordadas por estrés y pesimismo. Sin duda, disponer de un buen abordaje psicológico durante el proceso es crucial para conseguir el ansiado final feliz, ya que el 80% de las parejas logran un embarazo en los tres primeros ciclos de fecundación in vitro.
Los especialistas de la UR La Vega subrayan que hay que tener muy claro que la infertilidad es un problema de pareja, no de la mujer, por lo que es fundamental que sean los dos miembros de la pareja quienes acudan a las visitas médicas, pruebas, entrevistas, sesiones de apoyo psicológico, trabajando siempre en equipo. Asimismo, también destacan que es importante acordar en pareja los límites con respecto al tratamiento de reproducción asistida indicado tras el diagnóstico, y diseñar un plan en el que determinar cuál va a ser el siguiente paso a dar tanto si los resultados son positivos como si son negativos, y de esta forma disminuir la incertidumbre y aumentar la sensación de control sobre la situación.
Por otra parte, enfrentarse a esta situación supone concienciarse de la necesidad de prescindir de actitudes totalmente inadecuadas que pueden tener efectos muy negativos, y aumentan gratuitamente el grado de malestar, como es la falta de aceptación de problema, eludir la propia responsabilidad, evitar a los demás y otras estrategias de evasión como la bebida, el tabaco o el exceso de comida.
Asimismo, resulta fundamental entender que desafiar un problema de infertilidad implica afrontar el envite de los resultados negativos, porque, sencillamente, forma parte del proceso. Cada fracaso duele mucho, pero hay que pensar que hay que retomar el enfoque positivo, el más importante para lograr el objetivo final. Como indica el doctor Manuel Lloret, responsable de la UR La Vega, “de cada experiencia se obtiene una valiosa información que ayuda a planificar mejor la siguiente intervención y maximizar las posibilidades de éxito. Hay que confiar en el consejo y la experiencia de los profesionales y no desesperar”.