Los tratamientos de reproducción asistida, pese a su elevada tasa de éxito actual, pueden suponer situaciones de estrés e incomodidad en muchas parejas. La ansiedad por conseguir los resultados a corto plazo puede suponer un problema añadido para el éxito del tratamiento, ya que el factor psicológico puede tener tanta influencia en el devenir de los acontecimientos como la propia medicina.
Muchas personas que buscan formar una familia no pueden conseguirlo: desde parejas tradicionales que no logran el embarazo de forma natural, hasta parejas formadas por personas del mismo sexo, la frustración por no poder acceder a su proyecto vital puede generar momentos emocionalmente complejos de gestionar.
Esto se agrava especialmente en los casos en los que la infertilidad diagnosticada es la causa de recurrir a un tratamiento de medicina reproductiva: impotencia y rabia se mezclan a las puertas de la formación de una familia para crear una sensación de bloqueo psicológico que en nada ayuda a la reproducción asistida a cumplir con su cometido.
Por ello, muchas personas, cuando optan por la medicina reproductiva como vía para formar una familia, cuentan con el apoyo psicológico experto como una compañía más en este nuevo camino. No solo el aliento y empatía de familiares y seres queridos, sino los conocimientos especializados de un perfil profesional que conozca de primera mano todos los procesos emocionales que se atraviesan cuando se emprende este proyecto.
Un buen acompañamiento psicológico durante las dificultades experimentadas en esta etapa puede ser un factor diferencial: con el soporte adecuado, la balanza puede decantarse en positivo para una persona o una pareja que busca alcanzar el sueño de formar una familia por medio de la medicina reproductiva.
Control emocional
Es básico que, además de contar con esa ayuda psicológica, ya sea de forma individualizada o en pareja, quienes viven esta situación en primera persona dispongan de los mecanismos psicológicos y emocionales necesarios para tomar las riendas de la situación y alcanzar un punto importante de autocontrol.
Saber apoyarse en otras personas, tratar de ser optimista, vislumbrar siempre los aspectos positivos y negativos en perspectiva y tratar de encontrar distracciones fuera de esa búsqueda del embarazo son algunos de los pilares básicos con los que poder controlar esos vaivenes emocionales que pueden ser inherentes a los tratamientos de reproducción asistida.
Así, con los fundamentos básicos bien claros y la ayuda especializada cerca, la formación de una familia por medio de la medicina reproductiva puede ser, a largo plazo, tan solo una etapa más en el largo proyecto vital de una familia: un escalón que puede subirse sin mayores problemas si controlamos todos los factores que están a nuestro alcance.
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