En UR-Moncloa seguimos convencidos de la importancia de prevenir la infertilidad a través de campañas informativas que generen una cultura de prevención entre la población joven y en edad de procrear. Pero, también, con una información directa de los ginecólogos, urólogos y otros especialistas hacia sus pacientes que estimule, a su vez, la comunicación de éstos con los médicos especialistas en reproducción humana asistida.
Creemos que, en no pocas ocasiones, se abordan determinadas patologías de los órganos reproductores femeninos y masculinos sólo desde la lógica médica que busca la solución del problema, sin ofrecer una visión más amplia, más global, sobre las secuelas que a medio o largo plazo –y a pesar de haber curado a la paciente– podrían condicionar la posibilidad de que un hombre o una mujer puedan llegar a ser padres. En definitiva, hacer ver al paciente que ciertas patologías sumadas al factor tiempo determinan las posibilidades de lograr un embarazo futuro.
Un tratamiento quimioterápico, una cirugía sobre ovarios o testículo o una infección del aparato reproductor, entre otras, pueden tener consecuencias sobre la fertilidad y los pacientes deberían estar informados.
Por tanto, cabe preguntarse sobre la necesidad de que los especialistas que atienden en consulta no sólo informen sobre prevención de la infertilidad, sino que contemplen las consecuencias de ciertas enfermedades o dolencias para que se pueda reaccionar desde una especialidad médica como la reproducción humana asistida de forma temprana y evitando complicaciones futuras dentro del marco que nos ocupa: la fertilidad.
La información es clave para la prevención
Igualmente, desde UR-Moncloa volvemos a incidir en la importancia de intensificar la información entre la población joven o en edad de procrear, tanto desde la Administración pública –a través del sistema público de salud–, como desde el sector privado. También en contextos educativos (institutos y universidades) para persuadir a los jóvenes sobre la posibilidad de prevenir la infertilidad.
Usar el preservativo para prevenir ETS, asumir la visita al especialista (ginecólogo o urólogo) como algo normal y saludable ante cualquier sospecha de enfermedad o molestia; implementar programas de cribado para detectar patologías como la endometriosis o menopausia precoz –a veces con un componente hereditario–, serían algunas de las acciones que planteamos y que podrían contribuir a reducir el número de casos de infertilidad que tenemos en nuestro país y que, además, podrían terminar derivando en otros problemas (de salud pública, demográficos, sociológicos…) que no son objeto de esta nota informativa.
Por último, apelar a la importancia de configurar las unidades de reproducción humana desde un enfoque multidisciplinar –es así como trabajamos en UR-Moncloa– en el que la ginecología sea complementada con otras especialidades como urología, endocrinología, hematología y genética.