Las infecciones vaginales son un problema más común de lo que se piensa. Se producen por una descompensación en el equilibrio natural de la flora, que se compone de microorganismos protectores, los más frecuentes son las cándidas u hongos, afección conocida como candidiasis vaginal.
Tanto la administración de antibióticos, como el embarazo, la diabetes y algunos jabones o perfumes agresivos, pueden propiciar la disminución o aumento de estos microorganismos, generando una infección. El cambio de color, olor o textura del flujo vaginal, las posibles irritaciones y la sensación de ardor en vulva y vagina, son signos de la existencia de una infección vaginal.
La efectividad, el tratamiento o la clase de óvulos responderán al tipo de infección y a la severidad de los síntomas, razón por la que debe acudirse a un especialista. Entre sus beneficios destaca los óvulos vaginales que actúan directamente en el foco del problema, sin tener que pasar por el tracto gastrointestinal ni por el torrente sanguíneo, así que la mejora se siente casi de forma inmediata, y el picor o escozor suele aliviarse en las primeras 24 horas, aunque la normalización de la inflamación, irritación o el aspecto del flujo vaginal lleva unos días.
Tipos de infecciones a tratar
La aplicación de óvulos vaginales es sencilla y rápida. Se presentan en pequeñas cápsulas con una forma similar a los supositorios para facilitar su introducción en la cavidad vaginal y entrar en contacto con los tejidos, donde, al disolverse, van liberando sustancias que ayudan a controlar la infección.
Como medicamentos, los óvulos vaginales contienen principios activos para combatir hongos bacterias, virus o levaduras. Como probióticos se componen de bacterias vivas beneficiosas para la flora vaginal, generalmente lactobacilos. Estos microorganismos ayudan a mantener el equilibrio del pH en el interior de la cavidad vaginal y evitan la proliferación de hongos, virus o bacterias infecciosas. Según esto el uso de los óvulos vaginales va dirigido a:
- Tratar infecciones causadas por hongos o bacterias
- Remediar la vaginosis bacteriana
- Calmar el picor y escozor
- Equilibrar la flora vaginal
- Complementar un tratamiento médico con antibióticos
- Evitar infecciones recurrentes
