La sociedad actual en la que nos encontramos inmersos favorece el aumento de problemas en la reproducción humana. El retraso de la maternidad aboca a mujeres y parejas a recurrir a tratamientos de fertilidad.
Aunque la infertilidad afecta de igual manera a hombres y mujeres, la edad de la fertilidad femenina tiene un notable impacto negativo en el proceso de reproducción humana. En las mujeres la fertilidad empieza a reducirse a los 35 años, después de haber alcanzado su pico entre los 20-25 años, mientras la fertilidad masculina, aunque no exista un límite de edad, la calidad del esperma disminuye con el paso de los años, y los espermatozoides producidos por los varones mayores de 50 años tienen menor movilidad, y alteraciones cromosómicas.
Otros aspectos que influyen muy negativamente en la fertilidad son los hábitos de vida y el estrés. No solo el alcohol, el tabaco, las drogas o la alimentación, sino también el estar expuesto a contaminantes ambientales. Así, el director de la Unidad de Reproducción Montpellier, el doctor Salvador García Aguirre, asegura que “hay tres factores muy importantes y nocivos para la fertilidad: la edad avanzada en la que la mujer inicia su proyecto reproductivo, el sedentarismo, que lleva consigo el sobrepeso, y el ritmo de vida desbordado.
Según explica el especialista, los cambios sociales evidencian la necesidad de tratamientos de reproducción asistida, no solo para parejas que llevan tiempo buscando sin éxito descendencia, sino también para atender la creciente demanda de otros perfiles como son mujeres que desean ser madres sin pareja, o las que tienen una pareja femenina. Ambas circunstancias necesitan de la ayuda de un donante de semen anónimo. Otros casos son el de mujeres que desean ser madres en un futuro y optan por vitrificar sus óvulos, o el de pacientes jóvenes que han de recibir un tratamiento farmacológico agresivo como es una quimio o radioterapia y quieren evitar que la la fertilidad de sus óvulos se vea comprometida con este tipo de tratamientos.
El doctor García Aguirre explica que “también acuden a técnicas de reproducción asistida parejas conocedoras de padecer o ser portadoras de una enfermedad que pueden transmitirse genéticamente a sus hijos. Para que su descendencia no se vea afecta de dicha enfermedad hereditaria es necesaria la combinación de un tratamiento de fecundación in vitro y un test genético preimplantacional que analice los embriones y nos permita seleccionar aquellos sanos y libres de la patología para transferir al útero materno y obtener las máximas garantías de dar a luz a un bebé sano”.
Especialistas, innovadores tratamientos y tecnología de vanguardia
La Unidad de Reproducción Montpellier lleva más de 20 años fomentando la vida, consiguiendo el deseado sueño de sus pacientes. Sus especialistas forman parte del equipo multidisciplinar de una estructura sanitaria de alto prestigio como es la Clínica HLA Montpellier, lo que distingue al centro de fertilidad y le confiere el valor añadido que supone poder cubrir cualquier eventualidad que surja en los tratamientos.
La innovadora tecnología, la investigación y el alto nivel de calidad y profesionalidad dan respuesta a los obstáculos de la infertilidad, consiguiendo altos porcentajes de número de niños nacidos bajo la intervención de algún tipo de técnica de reproducción asistida.
La Unidad de Reproducción Montpellier cuenta con tecnología de incubación de embriones embryoscope, que aumenta considerablemente las tasas de éxito, seleccionando los embriones más aptos para su transferencia. Esta tecnología de última generación incorpora un sistema de grabación de alta definición que permite visualizar, controlar y analizar en todo momento el desarrollo de los embriones sin alterar sus condiciones de cultivo.
El centro de fertilidad cuenta con servicio propio de genética reproductiva, dirigido a la selección genética de embriones. El análisis genético detecta los embriones sanos, libres de alteraciones cromosómicas propias de edad materna avanzada, causantes de los fallos de implantación y abortos de repetición. Con este examen genético se obtienen tasas de embarazo altas incluso en pacientes de hasta 43 años. Asimismo, los test genéticos también permiten identificar los embriones que no portan patologías hereditarias en su ADN para transferir al útero materno y lograr el embarazo y el nacimiento de un bebé sano.
El porcentaje de embarazo con ovocitos descongelados se asemeja actualmente al obtenido con óvulos en frescos gracias al proceso de vitrificación de óvulos. Preservar la fertilidad, bien por motivos médicos o sociales, es hoy posible gracias a la crioconservación de óvulos o de tejido ovárico. La vitrificación de óvulos es la opción idónea para sortear problemas de fertilidad futuros y poder ser madre con óvulos propios en edad avanzada.