El Dr. Miguel Barea, responsable de la Dirección Médica de la Unidad de Reproducción IMED Valencia comparte su optimista punto de vista del presente y futuro de la reproducción asistida desde la experiencia y profesionalidad que otorgan más de 20 años de dedicación exclusiva en esta especialidad.
¿Cuáles son las últimas innovaciones sobre la fertilidad que ya se están utilizando?
Cada día aparecen nuevo avances, hace poco se ha visto en prensa como se ha podido modificar el genoma de un embrión, lo que abre las puertas para hacer desaparecer mutaciones causantes de enfermedades en el futuro bebe. Yo creo que de los avances de los que más nos estamos beneficiando, tanto los profesionales como los pacientes, sería el Screening Genético Preimplantacional. Con el abaratamiento de los costes y la mayor información que nos aporta, nos ayuda a transferir embriones cromosómicamente normales así evitamos síndromes causantes de abortos o fallos de implantación y al mismo tiempo reducimos el tiempo para conseguir gestación. Pero las tasas de embarazo no son del 100 % por eso creo que nos queda todavía una gran revolución en el campo.
La ciencia avanza a gran velocidad, ¿cuál es el futuro de la reproducción asistida?
Como bien decís la ciencia avanza muy rápido, todavía recuerdo cuando la ICSI nos parecía un logro difícil de superar. El futuro de la reproducción asistida va a empezar a recaer en la nuevas ciencias, que son aquellas que acaban en –ómica. Un claro ejemplo es la metabolómica que estudia el metabolismo de las células o la proteómica que estudian las proteínas. Cada vez se está intentando hilar más fino para llegar a conocer donde está el principio en cada problema para buscarle solución. El gran objetivo es hacer desaparecer la llamada esterilidad de origen desconocido.
¿Ha cambiado el perfil de mujeres que recurre a los tratamientos de reproducción asistida?
Por supuesto, el cambio de las mujeres que acceden a tratamientos de reproducción asistida se ha ampliado radicalmente. La apertura de la mentalidad de la sociedad ha sido, desde mi punto de vista, un factor determinante. Hoy en día la esterilidad está dejando de ser un tema tabú y las mujeres no quieren resignarse a no ser madres por el miedo o vergüenza de tener que recurrir a centros especializados. Anteriormente, el prototipo de mujer cumplía el perfil de una edad que rondaba los 30, casada y que llevaba muchos años buscando embarazo sin conseguirlo. Actualmente tenemos desde parejas lesbianas a mujeres solas que no quieren renunciar a ser madres por no tener una pareja masculina, así como mujeres casadas o con pareja masculina que abarcan todo tipo de edades.
Cada vez los estudios hacen más hincapié en la importancia de la previsión a la hora de ser madre, es decir, de la preservación de ovocitos. Como he comentando antes, la sociedad cambia y nosotros debemos adaptarnos a esos cambios intentando no perder las cosas positivas por el camino, y entre ellas obviamente se encuentra la maternidad. La incorporación de la mujer cada vez más, y parece que afortunadamente esto no va a cambiar, a puestos de responsabilidad hace que la maternidad no ocupe el papel principal de sus vidas pero no tienen porque renunciar a ello. No obstante, la edad pasa para todos y sobre todo para los ovocitos, de ahí que se haga especial hincapié en la preservación de ovocitos para que puedan utilizar sus propios ovocitos con una edad donde la fertilidad es buena pero a otras edades en la que sus ovocitos no tendrían tan buenos resultados para conseguir ser madre.
Usted lleva años formándose en materia de reproducción asistida. Es su gran pasión, sin ningún tipo de duda.
Yo tengo que decir que desde bien joven me interesó la Ginecología, desde que comencé como alumno interno del profesor Vicente Zaragoza, de hecho fue él quien me inculcó esta pasión. La aparición de la reproducción asistida fue posterior, pero desde los inicios me pareció que era un campo por el que apostar porque era muy desconocido y como bien decía Sócrates “ el saber os hará libres”. De hecho, inicialmente no eran muchos los que creían en la Medicina reproductiva y poco a poco, con la gran formación en el campo cada vez son más los jóvenes que se quieren dedicar a esto ya desde los inicios de su formación como ginecólogos, de hecho un ejemplo claro es mi compañero el Dr. De Prados. He visto muchos cambios y espero ver muchos más y conseguir que toda mujer que venga a una clínica de reproducción salga con un embarazo evolutivo, y la infertilidad sin solución se convierta en sólo un recuerdo del pasado.