Amparo fue diagnosticada de un tumor de pecho con 30 años. Sus médicos le aconsejaron vitrificar su óvulos antes de iniciar el tratamiento oncológico y preservar así su fertilidad. Hoy es madre de su segundo hijo, una niña que pronto cumplirá 10 meses
Las técnicas de detección precoz del cáncer de mama y los avances médicos han logrado una supervivencia de hasta el 95%. Las mujeres que afortunadamente superan la enfermedad, normalizan su vida, forman una familia y desean ser madres.
El doctor José López Gálvez, director de la Unidad de Reproducción HLA Vistahermosa, incide en que “es muy importante divulgar y comunicar a las pacientes oncológicas que tienen la opción de preservar su fertilidad congelando sus óvulos antes de iniciar los tratamientos”.
Los médicos que trataron a Amparo, profesional de óptica de 36 años, le informaron sobre el proceso de vitrificación de óvulos para más adelante continuar con su maternidad y tener la familia que siempre soñó. Ella y su marido tenían ya a su primer hijo cuando llegó el diagnóstico, y aunque se vieron obligados a detener su proyecto de ampliar la familia, gracias a la criopreservación de sus óvulos, este año han logrado tener otro bebé.
“La idea de poder tener hijos después del cáncer me infundió el valor necesario para afrontar mi enfermedad. Tener cáncer no es el final, y la ilusión de tener un bebé te da fuerza y esperanza”, cuenta Amparo que hoy es madre de un niño de 6 años y de una niña de escasos 10 meses. “Me gustaría que mi experiencia le sirva a otras mujeres que se puedan encontrar en esta situación”, afirma con el anhelo
El director de la Unidad de Reproducción HLA Vistahermosa insiste en que “los médicos deben advertir a las pacientes oncológicas que los tratamientos contra el cáncer pueden causarles infertilidad, y que es muy probable que sufran menopausia precoz y la ovulación 
desaparezca”.
La congelación de óvulos permite a estas pacientes preservar su fertilidad. Se trata de un proceso sencillo y rápido que consiste en la administración de un tratamiento para madurar varios óvulos en un ciclo. Posteriormente se extraen para preservarlos con el proceso de vitrificación y recurrir a ellos cuando la paciente lo decida. Este tratamiento cuenta con grandes garantías y elevadas tasas de éxito, permitiendo el retraso de la maternidad. “Me sentí muy feliz cuando finalizada la lucha contra la enfermedad tenía mis óvulos sanos para volver a ser madre”, expresa Amparo.
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