En ocasiones, confundimos la etimología de las palabras esterilidad e infertilidad. Para aclarar ambos conceptos, que no significan lo mismo, nos detendremos en su significado.
Entendemos por esterilidad, la incapacidad de lograr gestación tras un año de relaciones sexuales con una frecuencia normal y evitando el uso de anticonceptivos.
Y por infertilidad, la incapacidad de generar gestaciones capaces de evolucionar hasta la viabilidad fetal. Así, la infertilidad puede provocar abortos de repetición, muerte fetal intrauterina o parto prematuro, entre otros incidentes.
Causas de la esterilidad
Un 15% de la población está afectada por trastornos de esterilidad, según los estudios epidemiológicos más avanzados. El varón es responsable en el 25% o el 35% de los casos. Los factores que atañen a la mujer pasan por la edad. Cada vez, en el mundo occidental, se retrasa más la edad de reproducción de la mujer. La plena capacidad de fertilidad femenina se encuadra entre los 20 y 30 años. A partir de ese momento, se inicia un declive fisiológico de la fecundidad. Siendo muy acusado a partir de los 35 años, y mucho más cuando se roza los 40.
Según la revista www.conmishijos.com, una pareja que desee un hijo y que haya mantenido relaciones sexuales sin protección durante un año o más sin lograr un embarazo debe consultar su caso al médico. Sin embargo, acudir cuanto antes al especialista si presenta uno o más de los siguientes síntomas.
En el caso de la mujer:
- Menstruación irregular o ausencia de menstruación
- Pérdidas entre reglas
- Dolor durante el coito
- Antecedentes de infecciones pélvicas
- Cirugía abdominal
- Tener más de 35 años de edad
En el caso del hombre:
- Dificultad para lograr o mantener una erección
- Incapacidad para eyacular durante el coito
- Tener antecedentes de lesiones en los testículos
- Antecedentes de infección en la próstata, epidídimo o testículos.
- Haber tenido paperas en la adolescencia
- Antecedentes de testículos no descendidos