En los últimos años la edad a la que las mujeres buscan quedarse embarazadas ha sufrido un importante retraso debido a importantes cambios socio-culturales en la sociedad en la que vivimos. Es por esto que cada vez más parejas recurren a las técnicas de reproducción asistida, buscando así cumplir sus deseos de ser padres, y concretamente a la fecundación in vitro con donación de ovocitos.
Ésta se suele utilizar cuando se descartan los ovocitos de la mujer que quiere ser madre por no ser óptimos, pero también en pacientes en las que se presenta un fallo ovárico primario o precoz, en casos de menopausia prematura o quirúrgica o ante alteraciones genéticas transmisibles a la descendencia.
Se ha observado que los niños nacidos por esta vía lo hacen en mejores condiciones, y que su estado al nacer ha mejorado en la última década como consecuencia de los avances realizados en su aplicación. Esto corrobora nuestra larga experiencia, en la que se ha podido observar, tanto el incremento en la demanda de la ovodonación, como de la buena evolución de los embarazos así conseguidos.
Desde la Unidad de Reproducción se ha conseguido que la tasa de éxito de estos tratamientos supere el 60%, como fruto de un proceso de selección de la donante exhaustivo, que incluye un estudio completo (ginecológico, psicológico, genético…), así como de la optimización de la técnica mediante el estudio simultáneo de la pareja receptora (calidad seminal, capacitación espermática con columnas de Anexina V, cultivo time-lapse, trasferencia de blastocistos, etc).
Como recoge la Ley, la donación es totalmente anónima, por lo que se garantiza que en ningún momento existe contacto alguno entre la donante y la receptora, garantizando el anonimato. De la misma forma, las donantes deben tener entre 18 y 35 años, no obstante, el proceso de selección practicado en la Unidad de Reproducción ha conseguido rebajar la media de edad de las donantes hasta los 30 años, consiguiendo así la mejora de los resultados.
Además, la mejora en el cultivo nos permite que se hayan incrementado las trasferencia de un único embrión en estadio de blastocisto, evitando así posteriores complicaciones de los embarazos múltiples y mejorando las tasas de embarazo en las mujeres receptoras, en las que se mantiene una media de edad de 41 años.
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