MAYOR FIABILIDAD Y MENOR INVASIVIDAD EN LA BÚSQUEDA DE ESPERMATOZOIDES TESTICULARES EN PACIENTES AZOOSPÉRMICOS

MAYOR FIABILIDAD Y MENOR INVASIVIDAD EN LA BÚSQUEDA DE ESPERMATOZOIDES TESTICULARES EN PACIENTES AZOOSPÉRMICOS

Para algunos hombres el deseo de la paternidad biológica se ve inicialmente frustrado debido a la ausencia de espermatozoides en semen, patología conocida con el nombre de azoospermia. El peor pronóstico de esta alteración se presenta cuando la ausencia de espermatozoides es debida a algún fallo en la “fábrica” de producción de espermatozoides, alteración conocida como azoospermia secretora. En estos casos, el proceso de espermatogénesis, que tiene lugar a nivel testicular, se ve gravemente alterado, con muy pocas áreas donde se producen espermatozoides, o peor aún, no tiene lugar. A pesar de esta grave patología, el desarrollo y puesta a punto de la inyección intracitoplásmática (ICSI), hace ya dos décadas, ha permitido que con muy pocos espermatozoides se pueda llegar a conseguir el ansiado embarazo para tantas parejas. De esta manera, pacientes que antes debían recurrir a la utilización de un semen de donante ahora ven notablemente aumentadas las posibilidades de usar sus propios espermatozoides.
Para los pacientes con azoospermia secretora  la única alternativa que existe es llevar a cabo una búsqueda de espermatozoides directamente a nivel testicular. En la actualidad, el protocolo usado para realizar esta búsqueda se basa en la realización de múltiples y pequeñas biopsias distribuidas por el testículo del paciente, intentando tomar una muestra lo más representativa posible. Lógicamente, se trata de una técnica invasiva, realizada bajo anestesia local, que requiere de la hospitalización del paciente. Pero quizás, el mayor inconveniente de esta técnica es su falta de éxito, ya que en ocasiones, tras la cirugía, el resultado de la biopsia es negativo, sin poder encontrarse ningún espermatozoide en el tejido biopsiado.
Para conseguir disminuir la invasividad en la detección de espermatozoides testiculares y además poder aumentar su precisión y tasa de éxito, últimos avances en el campo de la biología molecular han ido encaminados a desarrollar técnicas diagnósticas no invasivas que permitan conocer si existen o no espermatozoides en testículo de forma fiable, rápida y sin tener que someter al paciente a una biopsia testicular que no goza de garantía previa. Así, recientes y novedosos estudios han demostrado que en el eyaculado es posible detectar la presencia de unas moléculas llamadas “ARN mensajero libre”, moléculas “chivatas” del proceso de espermatogénesis que está teniendo lugar en el tejido testicular. Las ventajas que ofrecen estas moléculas son múltiples; de un lado se encuentran libres en el eyaculado, sin necesidad de que en él existan espermatozoides. Además son un reflejo altamente fiable de lo que está ocurriendo en ambos testículos y permiten un procesamiento mucho más rápido de la muestra. En el caso de que estas moléculas estén presentes en el eyaculado, el paciente sí sería sometido a biopsia, pero ya con la seguridad de que  existen espermatozoides a nivel testicular.

Aunque los estudios realizados con este tipo de moléculas aún son escasos y muy preliminares, las perspectivas son muy prometedoras. Si en un futuro las clínicas de reproducción asistida incorporan la detección de estas moléculas dentro de sus procedimientos rutinarios, los pacientes azoospérmicos verían notablemente aumentada la posibilidad de llegar a ser padres. Para ello  tendrían que someterse a una biopsia testicular solo en aquellos casos en lo que existe una certeza absoluta de que el resultado de la misma va a ser positivo. Menor invasividad, mayor precisión; realmente las moléculas de ARN mensajero libre ofrecen grandes ventajas para los pacientes con azoospermia secretora.

Por Dra. Noemi Sanchez