Los tiempos actuales han desmontado los estereotipos de familias tradicionales. Donde antes solo cabía un matrimonio hombre-mujer como vía para formar una familia, la medicina reproductiva y los avances en derechos civiles han creado multitud de nuevos formatos. Uno de ellos son las parejas del mismo sexo, que con plenitud de derechos sociales pueden buscar traer descendencia al mundo. Y, en el caso de parejas formadas por dos mujeres, el método ROPA es una solución ideal para que ambas participen en el proceso de gestación.
El método ROPA (Receptora de Ovocitos de la Pareja) es una técnica de reproducción asistida por la que una de las mujeres de la pareja aporta el óvulo para la obtención del embrión al unirlo con un espermatozoide del donante, y la otra mujer recibe el embrión en su útero para lograr el embarazo y gestar al feto.
“Este método ha permitido igualar a las parejas homosexuales con las heterosexuales, brindándoles la opción de formar una familia”, asegura Miguel Barea, director médico de UR IMED Valencia. “El tratamiento que se realiza es una estimulación ovárica controlada, de la misma forma que con las parejas heterosexuales”, añade Barea, lo que ayuda a equiparar ambos tipos de familia a efectos de tener hijos.
Buscar el embarazo a través del método ROPA implica que tanto la donante como la receptora tengan que seguir un proceso. La primera de ellas pasará por una fase de estimulación ovárica, en la que tomará medicamentos para que el ovario produzca más folículos de los que produciría en un ciclo femenino corriente. Cuando los folículos alcanzan el tamaño apropiado se realiza la punción folicular, para recuperar los ovocitos que podrán unirse con los espermatozoides del donante en la última fase, la de laboratorio.
Sin roles predeterminados
“Normalmente, las parejas vienen ya con la idea de quién va a ejercer de donante y quién de receptora”, cuenta el doctor Barea. “No obstante”, apunta, “tras realizarse un estudio pormenorizado a veces es aconsejable que la receptora sea una de ellas en concreto”. Cuando eso ocurre, el equipo médico de UR IMED Valencia expone a la pareja los motivos para que, en último término, sean ellas las que valoren las recomendaciones y tomen una decisión.
La mujer que ejerza como receptora deberá pasar inicialmente por un proceso de preparación que permita a su útero acoger a los embriones. Una vez su endometrio esté listo, y la parte de la donante se haya culminado, llegará el momento de la transferencia: los embriones se depositan dentro del útero materno de forma quirúrgica, pero indolora, y un control ecográfico permite seguir visualmente todo el proceso.
Este método, al que recurren muchas parejas de mujeres que buscan formar una familia, suele tener un perfil bastante definido, según cuenta el doctor Barea. “La edad media de las pacientes está en torno a los 35 o 36 años. Suelen ser parejas que ya tienen una estabilidad laboral y sentimental, y que ya tienen clara su decisión de ser madres”, relata el doctor.
Maternidad aplazada
Esta última parte, además, es uno de los motivos por los que la vitrificación de óvulos (que también forma parte del método ROPA), gana cada vez mayor importancia. “Los estudios señalan que la mayor causa de que se recurra a preservar la fertilidad es la profesional: personas que quieren centrarse en su carrera y que desean posponer su maternidad a edades más maduras”, afirma el doctor.
Es, independientemente del formato o las personas que vayan a formar parte de la familia, un rasgo común en muchas de ellas. Esperar a tener una mayor estabilidad a todos los niveles, desde el plano laboral y económico hasta el emocional y sentimental, podía suponer un riesgo si la mejor edad fértil quedaba atrás. Ahora, con los avances de la reproducción asistida, no es más que una opción alternativa a la que puede recurrirse con completas garantías.