¿Sabías que la mayoría de mujeres desarrollan miomas uterinos a lo largo de su vida? Estos tumores benignos afortunadamente no presentan síntomas, ni molestias, ni requieren tratamiento.
El problema se encuentra en ese bajo porcentaje de mujeres, generalmente en edad reproductiva, que sí presentan dolor, en ocasiones intenso, y que no solo limita su calidad de vida, por tener que quedarse en casa y no poder tener relaciones sexuales plenas, sino que pueden ver comprometida su fertilidad.
Estos miomas se crean en las células del músculo liso de la pared del útero (miometrio), aunque a veces pueden aparecer también en el cuello uterino. Aunque su causa no está claramente establecida, se estima que su aparición está relacionada con las hormonas y factores hereditarios.
Síntomas y afecciones
Aparte del dolor en la pelvis y el abdomen bajo, los especialistas advierten de otros síntomas:
- Problemas al orinar o defecar, lo que significa que el tamaño alcanzado por los miomas está interfiriendo en las funciones propias de los órganos cercanos como son la vagina y el recto.
- Lumbalgia.
- Reglas abundantes que pueden derivar en anemia.
- Hemorragia uterina anormal.
- Problemas para mantener relaciones sexuales plenas.
- Hinchazón del abdomen.
- Abortos de repetición
Técnicas de diagnóstico
En la mayoría de ocasiones, el especialista puede establecer un diagnóstico con un sencillo examen pélvico manual. Pero el método más fiable es la realización de una ecografía pélvica. También puede emplearse un scanner, la resonancia magnética, la histeroscopia o la laparoscopia diagnóstica.
En caso de necesitar cirugía, la intervención quirúrgica de los miomas varia según su localización, sintomatología, tamaño y deseos de la paciente de preservar su fertilidad o menstruación.
Tratamiento de los miomas
Una administración temporal de fármacos ayuda a disminuir la cantidad de estrógenos bloqueando la función del ovario, lo que reduce el tamaño de los miomas, aunque no suelen hacerlos desaparecer. Sin embargo, es frecuente que, una vez interrumpido el tratamiento, los miomas vuelvan a crecer.
Una alternativa para las mujeres que deseen ser madres, o en los casos que no es abordable la cirugía es la ablación por radiofrecuencia, un tratamiento mínimamente invasivo que se realiza por vía vaginal, a través de una aguja muy fina con la que se aplica calor en el interior de mioma y produce la necrosis del tejido. Este tejido necrosado se va reabsorbiendo, consiguiendo la reducción del mioma y sus síntomas.
Esta intervención no daña las paredes uterinas, no deja cicatrices abdominales, no conlleva hospitalización, ni requiere de recuperación postoperatoria. Es una opción muy sencilla que únicamente requiere una leve sedación, y el proceso tiene una duración de entre 15 y 30 minutos.