Óvulos de calidad, esenciales para el éxito de una FIV

Óvulos de calidad, esenciales para el éxito de una FIV

En la Unidad de Reproducción Montpellier, conscientes de la valía de cada óvulo y cada embrión, individualizamos los protocolos de estimulación ovárica evitando riesgos, con una medicación personalizada, ajustada y dirigida a la extracción de ovocitos óptimos para lograr los mejores resultados.

La calidad de los óvulos determinará el éxito de una fecundación in vitro. Cuando nos enfrentamos a un problema de infertilidad por baja reserva ovárica lo importante es iniciar cuanto antes el proceso de reproducción asistida porque el tiempo corre en tu contra.

Lógicamente puede pensarse que, a mayor cantidad de óvulos, más altas serán las probabilidades de éxito. Sin duda, ambos parámetros, cantidad y calidad, son importantes para obtener buenos resultados, pero la calidad es esencial, ya que, si los óvulos obtenidos son de baja calidad, no se logrará la concepción.

Existe una relación directa entre infertilidad y baja reserva ovárica. Toda mujer, con el envejecimiento del ovario a partir de los 30 años, y de forma más pronunciada a partir de los 35, tendrá una baja reserva ovárica que desembocará en la menopausia y en la capacidad de gestar con óvulos propios. Además, con la edad se incrementan las alteraciones en los cromosomas que forman los óvulos, produciendo una incorrecta carga genética. Esto supone que los embriones que se formen de forma natural, tras ser fecundados por el esperma, pueda ser defectuosos e inviables, por lo que las posibilidades de embarazo disminuyen drásticamente.

Eso no quiere decir que no se pueda ser madre en edad avanzada con óvulos propios. Muchas de nuestras pacientes han logrado ser madres superando los 40 años y con baja reserva ovárica, pero sí es importante conocer la calidad que tienen tus óvulos, cada mujer es fisiológicamente diferente y su capacidad fértil distinta.

Objetivo: obtener los mejores óvulos

En la Unidad de Reproducción Montpellier sabemos el gran valor que tiene cada óvulo y cada embrión, por lo que ponemos todo nuestro empeño y recursos técnicos para sacarlos adelante.

Los tratamientos de fecundación se inician con la estimulación ovárica que favorece la maduración de varios óvulos. El estudio de la reserva ovárica, mediante ecografía y hormona Antimulleriana, pronostica la capacidad de funcionamiento de los ovarios, y permite predecir el grado de respuesta a los fármacos para conseguir una buena producción de óvulos maduros. Distintas estrategias han perfeccionado los protocolos de estimulación ovárica evitando riesgos. La actual variedad de fármacos permite distintas combinaciones para diseñar una medicación personalizada, ajustada y dirigida a obtener un ciclo óptimo y la extracción de óvulos de calidad.

Clasificación según respuesta a la estimulación ovárica:

  • Bajas respondedoras, se denomina así a las pacientes que tan sólo han generado un máximo de 3 óvulos tras la estimulación. La causa se debe a una baja reserva ovárica bien por la edad o por determinadas patologías.
  • Normorespondedoras, es el grupo en el que se incluyen la mayoría de las mujeres, y que responde a la obtención de entre 6-9 óvulos por ciclo de estimulación.
  • Hiperrespondedoras, así se denomina a las mujeres de las que se obtienen una media de 20 ovocitos por ciclo. Suelen ser mujeres jóvenes y sin problemas de fertilidad como es el caso de las donantes.

Como se ha dicho anteriormente, el número de óvulos obtenidos es importante, pero la calidad es fundamental, ya que, si la calidad es baja, dará igual la cantidad de óvulos que se obtengan, pues es muy probable que ninguno de ellos sea viable. Sin embargo, si sólo tenemos dos óvulos de gran calidad, lo más probable es que se consiga generar al menos un embrión capaz de implantar y evolucionar a término.

No obstante, la situación idónea, es poder contar con un buen conjunto de óvulos de buena calidad para poder alargar su cultivo hasta 5 días (estadio blastocisto), lo que permite estudiar bien sus parámetros, y seleccionar los que tienen mayor capacidad de implantación para transferir al útero materno, además de poder vitrificar los sobrantes a la espera de ciclos posteriores para ampliar la familia.