Cuanto más joven es la paciente, la calidad y la cantidad de óvulos que albergan sus ovarios es mayor, y las probabilidades de éxito aumentan. La congelación de óvulos, mediante el proceso de vitrificación, es la única técnica que permite a la mujer preservar sus óvulos con garantías de éxito en cuanto a la supervivencia que alcanzan el 90%.
Aunque la revolucionaria técnica de vitrificación es cada día es más conocida como la mejor opción para para programar la maternidad y detener intacta en el tiempo la fertilidad de los gametos femeninos, para en un futuro la mujer consiga tener hijos con sus propios óvulos y carga genética, aún existe mucha desinformación que lamentablemente deriva en problemas de fertilidad causados por la edad avanzada. No obstante, cada vez son más las mujeres que preservan su fertilidad, aunque sí es de destacar, que en su mayoría toman esta decisión en edades más tardías de lo que sería recomendable.
“Lo adecuado es congelar los óvulos entre los 28 y los 35 años, pero generalmente las mujeres que acuden a nuestro centro para vitrificar sus gametos rondan entre los 38 y los 40 años, cuando ya han comenzado a experimentar su declive natural”, subraya el doctor Salvador García Aguirre, director médico de la Unidad de Reproducción del hospital HLA Montpellier”.
Calidad reproductora de los óvulos
Hoy día la mujer tiende a retrasar el proyecto reproductivo de formar una familia. Se propone cumplir con objetivos profesionales, sociales y personales antes de dar el paso a la maternidad. El problema es que la edad biológica corre en su contra y sus óvulos no tienen la misma calidad con 27 que con 37 años por muy bien que se encuentre físicamente. El problema se agrava considerablemente a partir de los 40 años.
Biológicamente la reserva ovárica, es decir, el número de óvulos que se encuentran en sus ovarios, desciende, y a esta falta de cantidad se suma el deterioro de su calidad, ya que con los años las alteraciones cromosómicas se multiplican. En este sentido, el doctor García Aguirre indica que “los óvulos de las mujeres menores de 35 años son más eficaces y conservan mayor capacidad reproductora. Un óvulo congelado a los 35 años es mejor que un óvulo “fresco” (natural) de 40 años”.
Congelación ultrarrápida: vitrificación
La vitrificación es un proceso de congelación ultrarrápida, a más de 15.000 grados centígrados por minuto, provocando la formación de una especie de gel que no daña las células y evita la formación de partículas de hielo.
En cada ciclo ovárico natural empiezan a madurar varios óvulos, pero solo se ovula uno, que es el que alcanza la maduración total. El resto de los óvulos se destruyen. En un proceso de vitrificación de óvulos, la mujer se somete a un tratamiento de estimulación hormonal para tratar de recuperar todos esos ovocitos antes de que el cuerpo los destruya.
De esta manera, en un ciclo se pueden obtener entre 15 y 20 ovocitos para congelarlos conjuntamente. En función de la edad y de la reserva ovárica de la mujer se obtendrán mayor o menor número. En mujeres de más de 35 años la cantidad se reduce a entre 6 y 10 ovocitos.
Esta técnica también está recomendada por razones médicas en mujeres jóvenes que han de someterse a una terapia que amenace su potencial fértil como son los tratamientos oncológicos, que pueden causar daños irreversibles en los óvulos.
Asimismo, está indicada en casos de reserva ovárica reducida, en caso de sufrir menopausia precoz, enfermedades de tipo inmunológico o endometriósico, que comprometan su fertilidad.
La vitrificación de ovocitos permite a la mujer preservar sus células reproductivas en el tiempo, para que puedan ser fecundadas en un futuro con altas garantías de éxito.