Los cambios sociales y demográficos que se han dado a lo largo de los últimos años han llevado a un gran número de mujeres a apostar por opciones para preservar su fertilidad, mediante la congelación de óvulos por vitrificación. Este método consiste en la congelación ultrarrápida de ovocitos para preservar la reserva ovárica de la mujer.
La edad de la maternidad se ha retrasado de forma generalizada y es que muchas mujeres no pueden permitirse ser madres antes de los 35 años por cuestiones sociales o económicas. En consecuencia, la preservación de la fertilidad no ha parado de crecer. En la Unidad de Reproducción Montpellier es una tendencia al alza, y las pacientes que han decidido congelar sus gametos van aumentando exponencialmente en los últimos dos años. Si bien esta técnica empezó a utilizarse para aquellas mujeres que deseaban retrasar su maternidad debido a un tratamiento oncológico o cirugías de ovarios que las impedía ser madres en ese momento, la realidad es que a día de hoy se utiliza para mantenar intacto el potencial fértil de los ovocitos.
Según esto, la vitrificación de óvulos y embriones se ha convertido ya una técnica de rutina en los laboratorios de reproducción. Se trata de un proceso de congelación ultrarrápida con sustancias crioprotecteras que evitan la formación de cristales que pudieran dañar las células. Una vez vitrificados se conservan en tanques de nitrógeno líquido a una temperatura de -196º C durante un tiempo indefinido, sin perder las características que mantenían en el momento de la vitrificación.
¿Cuándo ha de plantearse la vitrificación?
– En los casos que la mujer decide posponer la maternidad
– En caso de someterse a una cirugía de ovarios
– En caso de tener que administrarse tratamientos gonadotóxicos
– Cuando en un tratamiento es necesaria la acumulación de ovocitos por baja reserva ovárica
– En un tratamiento de ovodonación no se da sincronización con la receptora.
Esta técnica ha hecho posible aumentar la tasa de embarazo acumulada de cada punción y, al mismo tiempo, reducir la tasa de embarazo múltiple, transfiriendo un solo embrión. Ya que, gracias a las actuales técnicas de selección embrionaria, podemos identificar con más propiedad el mejor embrión a transferir, y el resto se vitrifican, así se podrá contar con ellos para transferencias futuras. Por lo tanto, mientras se puedan vitrificar embriones, no será necesario que la mujer tenga que estimularse y entrar en quirófano de nuevo.
Lograr la gestación con un embrión vitrificado dependerá de la supervivencia de los embriones tras la congelación, de la calidad embrionaria y capacidad de desarrollo, y de la receptividad del endometrio en el momento de la transferencia. La tasa de embarazo tras estas técnicas es similar a la de ovocitos y embriones en fresco. Por lo tanto, podemos confirmar que esta técnica proporciona una gran cantidad de ventajas y oportunidades para las mujeres.
¿Por qué la edad es un factor clave?
Para entender por qué la edad es fundamental en la fertilidad femenina, tenemos que hablar de reserva ovárica. En la mujer, al contrario que en los hombres, la pérdida de óvulos es un proceso irreversible. Cuando una niña nace tiene unos 2.000.000 de ovocitos; sin embargo, en la primera menstruación estamos la cantidad alcanza los 500.000 ovocitos. A los 20 años esa cifra baja a alrededor de 100.000; a los 30 años hablamos ya de 40.000; y a los 40 años disminuye hasta los 8.000. Según esto, lo ideal es congelar los óvulos entre los 30 y los 35 años. Un óvulo congelado a los 33 años tiene una calidad mucho mejor que uno «natural» a los 40. las posibilidades serán mayores cuanto menor es la edad, y mayor es el número de ovocitos que se consigan.
La vitrificación de ovocitos asegura un mantenimiento que se puede prolongar sin límite alguno. De hecho, como se ha dicho anteriormente, se ha comprobado que los ovocitos vitrificados, una vez se extraen del tanque de nitrógeno y se desvitrifican, logran una tasa de embarazo similar a los ovocitos en fresco.