Nuestra sociedad dista mucho de la de nuestros padres o abuelos. Entonces, lo normal era que una mujer que rodaba los 20 años estuviera casada, o a punto de casarse; y que su primer hijo naciera antes de cumplir los 25. Hoy vivimos en una realidad con cambios radicales, donde lo extraño es tener hijos antes de los 30 años, y la mujer alcanza los 40 años llena de vitalidad, con un excelente estado físico, con vivencias diferentes. Esta, entre otras razones, como la económica, social o personal, lleva a que actualmente sean cada vez más las mujeres que deciden ser madres a partir de los 40 años.
Sin embargo, la edad es la mayor enemiga de la fertilidad. La naturaleza es inexorable, y ni el deporte ni los innovadores tratamientos de belleza, mantienen la fertilidad de los óvulos que sufren un importante deterioro con el paso de los años. A medida que la mujer envejece el número de óvulos y su calidad disminuye, y como consecuencia la fertilidad se ve alterada. Después de los 35 años, la reserva ovárica sufre un deterioro más acelerado. Diferentes estudios concluyen en que la probabilidad de lograr un embarazo a los 30 años es del 20% cada mes, y solo del 5% a los 40 años, lo que se refleja en el aumento de fetos con anomalías cromosómicas.
Principales problemas que encuentran las mujeres a los 40 años.
• Baja reserva ovárica.
• Mala calidad de los óvulos.
• Riesgo alto de aborto.
• Riesgo alto de fallo de implantación.
¿Cómo prevenir las consecuencias de la edad en la fertilidad?
• Embarazo a edad más temprana.
• Congelación de óvulos antes de los 35 años.
• Consultar a un especialista en fertilidad si eres mayor de 35 años para medir tu reserva ovárica.
• En el caso de ser mayor de 40 años, lo primero es valorar tu reserva ovárica, y en función de los resultados, valorar un tratamiento de rejuvenecimiento ovárico, y en caso de no prosperar, pasar a una ovodonación, opción que cuenta con altas tasas de éxito.
