La importancia de la edad en la que se tiene hijos es bien conocida en las mujeres y poco en los hombres, sin embargo, ellos también cuentan con su reloj biológico. Aunque el hombre fabrica espermatozoides a lo largo de toda la vida, el paso de los años puede producir cambios en el seminograma y oxidación de los gametos masculinos, lo que reduce y la capacidad fecundante de
l semen del varón. A esto se añade que con la edad se incrementa el daño en el material genético contenido en los espermatozoides y puede ser causa de enfermedades en los hijos.
El envejecimiento fisiológico del órgano reproductor masculino se manifiesta en tres aspectos:
- En el seminograma se produce una reducción muy lenta pero progresiva del volumen seminal, debido al envejecimiento de las vesículas seminales, responsables de la producción del líquido que vehiculiza los espermatozoides producidos en el testículo.
- Se reduce el porcentaje de espermatozoides de máxima movilidad.
- Oxidación con el paso del tiempo que causa lesiones en cadena de ADN de los espermatozoides.
Patologías en la descendencia
La edad paterna se asocia a una tasa superior de alteraciones en los cromosomas de los espermatozoides y de mutaciones nuevas que pueden manifestarse en forma de esterilidad, abortos, enfermedades o malformaciones congénitas en sus hijos. Así, el riesgo de mutaciones espontáneas de un gen puede ser 5 veces mayor en un padre de 45 que en uno de 20 años.
La edad paterna avanzada está en relación con las distintas patologías en su descendencia como el Síndrome de Down, Síndrome de Klinefelter, enanismo acondroplásico, Marfan, Síndrome de Apert, aniridia, retinoblastoma bilateral, esquizofrenia o autismo.
Para evitar problemas en la descendencia, cuando la edad del progenitor es superior a 50 años se indica la realización del Diagnóstico Genético Preimplantacional, con que se analiza el material genético de los embriones e identificar los embriones sanos, así como el Diagnóstico Prenatal.
Mutaciones genéticas
Mutación es un cambio en la información que contiene un gen. Las personas contamos con 23 pares de cromosomas y cada cromosoma alberga una determinada cantidad de genes. Cada gen es responsable de una carac
terística del aspecto o del funcionamiento del organismo humano.
Las mutaciones genéticas son cambios necesarios para la evolución de las especies y para adaptarnos al entorno. Por ejemplo, el color de piel oscuro en los entornos muy calurosos. Pero también hay errores de la naturaleza, y darse mutaciones anómalas en las células reproductoras y dar lugar al nacimiento de hijos con enfermedades hereditarias.
Mutaciones en espermatozoides
Las espermatogonias, células precursoras de los espermatozoides, se multiplican en el desarrollo fetal y paran hasta la pubertad, momento en que se reactivan otra vez, experimentando multiplicaciones durante el período de vida sexual activa de unas 23 por año. En las fases de multiplicación celular existe el riesgo de que se produzcan mutaciones y se generen errores en el ADN. Este riesgo es mayor cuantas más divisiones se hayan realizado, en relación directa con la edad del varón.
También existen otras que causas que pueden provocar mutaciones genéticas como las radiaciones ionizantes, agentes químicos o los tóxicos ambientales.
Ser padre después de los 40
Gracias a las avanzadas técnicas de reproducción asistida, ya es posible conseguir el embarazo sin que la edad del hombre afecte a la tasa de éxito. Es el caso de la ICSI, siglas que hacen referencia a la inyección Intracitoplasmática de espermatozoides, una técnica que posibilita la inseminación del óvulo con un único espermatozoide, por lo que únicamente es necesario un espermatozoide por óvulo.
Por otra parte, la edad del hombre también puede afectar a la calidad de embriones que se generan en los tratamientos de fertilidad debido a la pérdida de calidad del esperma, especialmente alrededor de los 45 años. En estos casos, la Unidad de Reproducción La Vega, recomienda la aplicación de Diagnóstico Genético Preimplantacional (PGT-A), con el que se realiza una pequeña biopsia no invasiva a los embriones resultantes de una fecundación in vitro, con el objetivo de seleccionar aquellos que tienen un correcto número de cromosomas, y que por tanto son viables. De esta manera, los especialistas se aseguran de estar transfiriendo embriones con un alto potencial de implantación para elevar la tasa de éxito, al tiempo que se maximiza la posibilidad de tener un hijo libre de afecciones genéticas.