Es cada vez más habitual que mujeres que han superado los 35 y 40 años de edad, profesionalmente realizadas y económicamente independientes, pero sin pareja, opten por ser madres. En este sentido estamos, cada vez más, comprobando como esta realidad es asumida con normalidad en la sociedad actual y va dejando de ser tabú. Entre otras razones gracias a la diversidad familiar, porque la ciudadanía ve cómo en su entorno más inmediato existen distintos modelos de familia constituidos por diversas causas, tanto de carácter social, como económico o, incluso, cultural. En definitiva, es una muestra más de la visión abierta y de respeto que es propia de una sociedad avanzada y culturalmente madura.
Según datos de la Fundación Adecco del año 2017, los hogares monoparentales en España ya representaban el 10%,3 del total y rozando los 2 millones: en ese año se contabilizaban 1.842.800 familias compuestas por un adulto y uno o más hijos dependientes, el 83% de ellas encabezadas por una mujer. Estas cifras corresponden al “7º Informe #MonoMarentalidad y Empleo”. Sin embargo, aún no se conocen datos específicos sobre las familias monomarentales que lo son por decisión propia de la mujer, es decir, que han optado por acudir a técnicas de reproducción asistida para ser madres “solas” por elección.
En relación a estas cuestiones, ya en uno de nuestros Encuentros Informativos con pacientes, se habló de diversidad familiar, un asunto que, en los últimos años, ha ido adquiriendo un peso específico en una sociedad cada vez más avanzada y abierta a una realidad cambiante.
Motivos para una elección
Una de las razones principales que llevan a una mujer a optar por ser madre sin pareja, o “madre sola por elección”, es, precisamente, el deseo de ser madre y no tener pareja en el momento presente. A lo que habría que sumar, en muchos casos, el saberse cercana a una edad en la que empieza a ser más difícil conseguir un embarazo (recordemos que a partir de los 35 años, la fertilidad de la mujer empieza a descender y a los 40 se complica esta posibilidad notablemente).
En este sentido, hay que poner el acento en la dificultad que entraña tan trascendental decisión: no sólo ser madre, sino hacerlo más allá de los convencionalismos sociales que tanto encorsetan a las personas, o de los prejuicios que nosotras mismas hemos ido acumulando en nuestra historia personal. Por esta razón, es fundamental que en las clínicas de reproducción asistida podamos asesorar, con información clara y aportando respuestas a todas las dudas de la mujer, no sólo sobre el aspecto clínico sino, también, emocional. En todo caso, desde mi punto de vista, y apelando nuevamente a la madurez de la sociedad española, cabe destacar la “normalidad” con la que, cada vez más, se asume que haya mujeres que deciden ser madres a través de la donación de esperma. A todo esto, por cierto, contribuye esa otra realidad a la que hemos dado en llamar “diversidad familiar”.
En la Unidad de Reproducción del Hospital HLA Moncloa creemos que una de las expresiones más claras de libertad es, precisamente, la posibilidad de elegir. Por esa razón, aquellas mujeres que elijan ser madres sin mayores condicionamientos y con plenas garantías tienen aquí los recursos y la información para hacerlo. Si quieres ser madre, ven a vernos.