La fase más importante de un proceso de donación de óvulos es precisamente su obtención. Te preguntarás cómo será esta intervención, si conlleva algún riesgo, si es dolorosa, cuánto tiempo dura, dónde se realiza… En este post vamos a intentar aclarar esa incertidumbre, explicándote este procedimiento.
Para evitar cualquier tipo de molestia, la captación de óvulos se realiza con una suave sedación, y tiene una duración aproximada de 20 minutos. Los ovocitos se extraen vía vaginal, mediante punción folicular monitorizada, es decir, a través de un ecógrafo con sonda vaginal desde donde se controla el proceso, muy similar a la que se utiliza en las revisiones ginecológicas. Se diferencia fundamentalmente por la aguja de succión que lleva unida, y que se encuentra conectada a un sistema de aspiración externo.
Si te decides a ser donante, una vez que hayas pasado las pruebas previas, el especialista te explicará la administración hormonal para provocar un desarrollo folicular múltiple en los ovarios que se inicia con el ciclo menstrual. Además, acudirás a la clínica para realizar revisiones ecográficas y análisis, con la finalidad de observar la evolución de los folículos ováricos.
Un folículo contiene un óvulo maduro en su interior cuando tiene un diámetro superior a los 16-18 mm. Cuando se observa este tamaño es el momento en el que has de tomar la hormona hCG que favorece la maduración final de los óvulos, y desencadena la ovulación en las siguientes 36 – 48 horas.
Ha llegado entonces el momento de programar su captación. Una hora antes de la intervención, ingresarás en el centro de reproducción. Debes estar en ayunas para mayor efectividad de la sedación.
Durante la intervención, el especialista, guiándose con la pantalla del ecógrafo, localiza los ovocitos en tus ovarios y aspira el líquido folicular donde se encuentran tus óvulos ya madurados, que pasan directamente a los tubos de ensayo, que se encuentran a una temperatura de 37ºC. Los tubos se trasladan al laboratorio, manteniendo en todo momento la temperatura.
Finalizado el proceso se te traslada a una habitación donde te irás recuperando del efecto de la anestesia, y tras comprobar que todo está bien, puedes regresar a casa. Es posible que sientes alguna molestia, pero no te impide seguir con tu rutina habitual al día siguiente.