Cuando Marta llegó a la UR la primera vez, con esa carita angelical y el cuerpo esbelto, estábamos deseando emparejarla con una receptora, pues esa chica de 24 años era preciosa!!
Lo que no sabíamos es que por dentro también era una bellísima y tierna persona que quería hacer feliz a alguna mujer por el deseo de ser madre.
Nos contó que estudiaba biología, y que su tía, a la que está muy unida, no podía tener hijos por lo que se animó a donar. Le dijimos que teníamos que ir poco a poco. Tenía que pasar una entrevista con nuestra psicóloga para hacerle varios test y evaluarla como posible donante Apta para nuestro programa.
Marta, no puso ningún problema. Cuando terminó la entrevista nos comentó que le había caído súper bien la psicóloga y que se había sentido muy relajada con ella abriéndole su corazón.
Nosotros ya sabíamos que Marta iba a pasar la prueba, pues las biólogas, ya le habían realizado la primera entrevista de contacto, en la que se le hacían unas cuantas preguntas estipuladas, y en esa entrevista, sutilmente se va viendo si la persona está realmente interesada en la donación.
Las biólogas realizan la tarea de hacerle un árbol genealógico de enfermedades de la familia, lo cual nos permite aceptar o descartar una donante.
A Marta solo le quedaban unos cuantos pasos importantes para cumplir.
Al día siguiente del resultado de la evaluación de nuestra psicóloga, ya les tocaba a los Ginecólogos valorar sus ovarios. Es en aquel momento en el que Marta, tímida y un poco nerviosa, me pregunta : y si tengo el Mismo problema que mi tía? Y si no puedo ser donante? Le dije que era hora de saberlo, que probablemente no fuera su caso.
Entramos a la consulta y salimos contentas, Marta tenía muy buenos ovarios como era de esperar, me dio un abrazo por el pasillo y ahora nos quedaba lo más difícil, las pruebas genéticas y analíticas de sangre.
A las 9.30 de la mañana del lunes, Marta vino preparada, la acompañe a las extracciones, nuestra enfermera le sacó varios tubos de sangre : un pinchazo, un pelín doloroso, Marta me hizo un guiño y yo le dije » tranquila, estas en buenas manos» y en 2 minutos habíamos acabado la extracción. Me dijo que ella siempre sufría el primer segundo, pero que estaba acostumbrada porque era también donante de sangre.
Pasado un mes, me llegaron las pruebas genéticas de Marta!!! Ese momentoto en el que todo se decide!!!
Nuestros genetistas, no nos habían llamado, por lo que estaba bastante tranquila… En general cuando una donante no puede formar parte del programa, nos realizan una llamada, para informarla a ella, y a sus posibles familiares directos. Pero por Suerte, Marta, era apta en todos los ámbitos!!!
Ya solo faltaba encontrar una receptora con las características de Marta y ponernos manos a la obra.
Pasados unos días, ya teníamos a su pareja, llamé feliz a nuestra donante para preguntarle si estaba dispuesta a empezar!!! Tenía que terminar los exámenes para emprender el tratamiento que duraría un poco más de una semana.Asi que lo organizamos, con su siguiente regla, nos llamó como previsto para empezar la píldora y cuadrar el día en el que iba a comenzar el tratamiento.
MARTA, no tenía ningún quiste, estaba con la menstruación y había comprendido la gran responsabilidad que tenía a partir de ahora, uno de cada dos días tenía que acudir a la nuestra UR para hacerle una ecografía, sacarle sangre y verificar cómo están creciendo los ovarios. Nos PREOCUPAMOS POR que no estuviera muy pensada, que estuviera bien, y tranquila.
Cuando Marta tenía alguna duda con la medicación, hacíamos una video llamada y le confirmábamos la medicación.
Cómo dije al Principio , ella era bella por fuera y por dentro.
Llegado el día de la punción ovárica, Marta ingreso a primera hora en nuestro Hospital el Ángel.
La acompañó su tía, orgullosa de la labor que había realizado su sobrina y muy emocionada.
Finalizada la punción, le hicimos una ecografía y los ginecólogos confirmaron que todo estaba bien.
Bajó al departamento de contabilidad, donde le habíamos preparado su recibo de cobro, y se llevó su remuneración económica bien merecida.
Pero antes de irse, Marta nos dio un abrazo muy grande, nos dijo que se había sentido muy arropada y muy a gusto con todo el equipo de nuestro centro.. . Y nos dijo que sin duda iba a volver a repetir esta experiencia muy pronto.
Dounia Zahari, Secretaria del Departamento Internacional y relación con donantes, Unidad de Reproducción del Hospital HLA El Ángel