Las mujeres se ven muchas veces en la necesidad de retrasar su maternidad por diferentes causas: desarrollo de su carrera profesional, obligaciones laborales, búsqueda de la pareja adecuada o incluso por motivos médicos. El postergar el momento de ser madre puede provocar problemas de concepción natural e incluso limitar la posibilidad de ser madre biológica.
Los especialistas de la Unidad de Reproducción Montpellier recomiendan el estudio de los niveles de capacidad ovárica para disponer de marcadores fiables y cuantificables que permitan saber cuál es la situación reproductiva y ofrecer asesoramiento sobre cómo prevenir problemas de infertilidad.
Empezaremos por explicar que la capacidad o reserva ovárica es la cantidad de folículos que hay en el ovario en un momento dado. Las mujeres parten de un número cercano a 10 millones antes del nacimiento, que al nacer se reduce a cerca de 1,5 millones, descendiendo a menos de la tercera parte en el momento de la primera menstruación. Hacia los 35-37 años, la reserva ovárica suele ser de unos 25.000 folículos. La disminución de la reserva ovárica es un proceso fisiológico, continuo e irreversible y presenta una gran variabilidad.
El número de folículos con el que partimos y la velocidad a la que estos se reducen es variable y no es igual en todas las mujeres. Además de la edad, otros factores como cirugías, tratamientos quimioterápicos o tóxicos como el tabaco, contribuyen a que esta disminución sea más rápida y marcada.
Marcadores de lo niveles de reserva ovárica
Para medir la reserva ovárica disponemos de varias pruebas. El recuento de folículos antrales se realiza con una sencilla ecografía altamente fiable en los primeros días de la menstruación. Atendiendo a su número y diámetro podemos evaluar la función ovárica y estimar las probabilidades de embarazo. Si el recuento de folículos antrales es de entre seis y diez en cada ovario, nos encontramos en valores normales. Sin embargo, si esta cifra es menor de cinco, se considera que la reserva ovárica es baja y por lo tanto las posibilidades de embarazo natural disminuyen.
Para conocer más a fondo la reserva ovárica también se efectúan perfiles hormonales como la hormona Antimulleriana (AMH), y hormona foliculoestimulante (FSH), ambas implicadas en el desarrollo de maduración de los folículos en el ovario. Los niveles de estas hormonas informan pues sobre la calidad de los folículos que todavía conserva el ovario.
Conocer en edad temprana la capacidad de reserva ovárica permite preservar óvulos de calidad que tengan las máximas probabilidades de ser fecundados en un futuro, y ser madre biológica de sus hijos.
En muchas ocasiones es tarde y la mujer ha de recurrir a la ovodonación para conseguir un embarazo.
Los grandes avances experimentados en reproducción asistida permiten a las mujeres poder detener el reloj biológico y conservar intacta la calidad de sus óvulos en el tiempo, congelando sus gametos en la franja de edad fértil mediante el proceso de vitrificación con todas las garantías de éxito, y en el momento en el que se decida a formar una familia, recurrir a ellos. De esa manera la mujer podrá ser madre biológica en edad madura y evitar problemas de infertilidad.
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