Obesidad y fertilidad, malas compañeras

Obesidad y fertilidad, malas compañeras

La obesidad es considerada una enfermedad crónica, que además de otras complicaciones, tiene un impacto negativo en la fertilidad femenina. El exceso de grasa corporal se refleja en una alteración hormonal, que trastorna la ovulación, dificultando los ciclos menstruales. Los problemas de concepción en una mujer se pueden encontrar relacionales con el peso cuando el índice de masa corporal (IMC) supera el valor de 25 o 30. Las mujeres con un peso mayor a lo recomendado, tienen un mayor nivel de glucosa, insulina o triglicéridos, alteraciones que disminuyen la calidad de los ovocitos, por lo que aumenta considerablemente la posibilidad de abortar.

Tanto hombres como mujeres pueden sufrir problemas de fertilidad derivados del exceso de peso, bien de manera natural como con técnicas de reproducción asistida. La obesidad puede provocar en la mujer ausencia de menstruación (amenorrea); mientras que en el hombre puede afectar a la calidad del semen y su movilidad. Está comprobado que la obesidad en el hombre influye en el ADN de los espermatozoides y reduce las probabilidades de embarazo.

Quedar en estado de gestación con obesidad puede conllevar riesgos tanto para la gestante como para el bebé. Los especialistas de la Unidad de Reproducción Montpellier aseguran que la reducción de peso es clave tanto para revertir los problemas de fertilidad como para evitar serias complicaciones durante el desarrollo del embarazo.

¿Cómo afecta la obesidad a la fertilidad femenina y masculina?

La principal causa de problemas infertilidad en mujeres relacionados con el sobrepeso derivan de los niveles de estrógenos que provoca el Síndrome del Ovario Poliquístico. Esta patología genera múltiples quistes en los ovarios, y una de las principales causas es la anovulación (ausencia de ovulación). Algunos de los síntomas son:

  • Menstruación irregular.
  • Ovarios agrandados,
  • Excesos de hormonas “masculinas” (andrógenos)
  • Hirsutismo (exceso de vello),
  • Acné.
  • Colesterol alto.
  • Tendencia a la obesidad, etc.

En el varón los factores que se ven afectados directamente por la obesidad son:

  • Disminución de la calidad seminal.
  • Volumen del eyaculado.
  • Reducción del recuento espermático.
  • Motilidad de los espermatozoides.
  • Disfunción eréctil derivada de un bajo nivel de testosterona.

Asimismo, ciertas enfermedades asociadas con la obesidad influyen directamente en la fertilidad masculina. Es el caso de la diabetes severa que puede derivar en eyaculación retrógrada en la que el semen se desvía a la vejiga en lugar de salir al exterior. Además, algunos fármacos, como los indicados para el control de la hipertensión, pueden reducir la capacidad del espermatozoide.

Es por ello fundamental el iniciar cambios en el estilo de vida, como disminuir el peso corporal, con una dieta adecuada y la práctica regular de ejercicio físico, que va a redundar en una mejora de la calidad de vida, así como en un mayor potencial reproductivo.