Durante los últimos 30 años se ha producido un dramático incremento en las tasas de supervivencia de las personas afectadas de cáncer, gracias a nuevas y mejores terapias.
La mayoría de las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes con cáncer vivirán muchos años después del diagnóstico, lo cual significa que estas personas, sus familias y terapeutas, deberán discutir temas relacionados con la calidad de vida que tendrán, y entre ellos, la reproducción futura ocupa un lugar muy importante.
Los efectos adversos de la quimioterapia y la radioterapia pélvica y/o abdominal en la fertilidad de la mujer son ampliamente conocidos. Aceleran la disminución natural del número de folículos primordiales del ovario e impiden la maduración de los mismos lo cual podría conducir al fallo ovárico precoz.
El número de folículos primordiales que sobreviven tras el tratamiento depende de factores como la edad, el tipo de cáncer, el agente empleado (quimioterapia o radioterapia), la dosis y número de ciclos.
Aunque se recupere la función ovárica y la mujer tenga menstruaciones no es sinónimo de fertilidad, la calidad ovocitaria puede ser subóptima.
¿Cómo podemos preservar la fertilidad de las mujeres que se van a someter a estos tratamientos?
1. Vitrificación de óvulos.
La vitrificación de ovocitos permite que los óvulos maduros conseguidos tras la estimulación ovárica y posterior aspiración vía vaginal bajo anestesia sean criopreservados para usarlos posteriormente cuando la paciente lo decida.
La nueva técnica de vitrificación de óvulos, congelación ultrarrápida que impide la formación de cristales o ruptura celular, permite unas tasas de supervivencia de los ovocitos a la descongelación del 77-96% con una tasa de fertilización posterior del 70-80% y una implantación del 33-58%.
Tras la vitrificación los ovocitos pueden estar almacenados el tiempo necesario. Una vez que la paciente decide buscar embarazo se descongelan y se fecundan con los espermatozoides que la paciente decida (pareja actual o banco de semen).
2. Congelación de la corteza ovárica.
La criopreservación de corteza ovárica es otra técnica mediante la cual ya se han conseguido diversos nacimientos a nivel mundial. Esta técnica permitiría restablecer la función ovárica, con lo que incluso se podrían conseguir gestaciones espontáneas y además, al tener niveles hormonales normales se evitarían los efectos secundarios propios de una menopausia precoz (osteoporosis, sofocos, riesgo cardiovascular, etc.).
Se considera el método de elección en niñas antes de la pubertad.
3. Transposición de ovarios (ooforopexia).
Es una técnica quirúrgica que consiste en alejar los ovarios del campo de irradiación para evitar la exposición directa de los mismos a radioterapia y el considerable daño. Ofrece protección gonadal hasta en el 60% de los casos, y preserva la función ovárica en un 83-88% de los casos.