“Las consecuencias de la endometriosis sobre la fertilidad son considerables”

“Las consecuencias de la endometriosis sobre la fertilidad son considerables”

Los pasados 7 y 8 de junio, en la ciudad de Córdoba, la directora médica de la Unidad de Reproducción del Hospital HLA Moncloa, Dra. Carmen Segura, participó en la presentación de la Guía clínica para el manejo de la endometriosis en pacientes en edad fértil.

En su intervención, la Dra. Segura presentó a las personas que habían participado en el grupo de trabajo y ahondó en distintos aspectos relevantes de la enfermedad y de su manejo clínico, ejemplificando con varios casos reales.

La endometriosis es una enfermedad muy prevalente en la población, especialmente la población infértil, que origina cuantiosos costes y presenta un diagnóstico tardío. En este sentido, se estima que hay un retraso medio de 10 años en el diagnóstico de la enfermedad, algo que «tiene importantes consecuencias para la fertilidad de la mujer en el futuro» al tratarse de una enfermedad progresiva, señaló la responsable de UR-Moncloa.

La Dra. Segura explicó que se ha utilizado la metodología “Grade”, que valora la calidad de la evidencia respecto a la enfermedad de cara al diagnóstico. “Esta metodología establece grados de fuerza en las recomendaciones para el manejo de la enfermedad por parte de los médicos en su actividad clínica”, comentó Segura.

La presente guía tiene un enfoque centrado en la paciente, por lo que se establecen una serie de preguntas clínicas específicas y se buscan, sistemáticamente, estudios que puedan dar respuestas a esas preguntas. Posteriormente se evalúa la calidad de estos estudios y se formulan recomendaciones.

Quistes endometriósicos en el 40% de las pacientes

En la exposición de algunos casos clínicos, fue especialmente destacable el de una paciente joven que no deseaba tener hijos en ese momento y a la que se le había diagnosticado un endometrioma. Como lo más importante es que hay un retraso en el diagnóstico de la enfermedad se han establecido supuestos que deberían llevarnos a sospechar la presencia de endometriosis, como en el caso de la paciente que nos ocupa: antecedentes familiares, que no utilice anticonceptivos y que no se hubiera quedado embarazada podían inducir a la sospecha, aunque el factor más importante fue la aparición de un quiste de ovario compatible con endometrioma, como ya se ha señalado. Decir que los quistes endometriósicos aparecen en el 40% de las pacientes con la enfermedad. No todas las endometriosis los tienen, pero aquellas pacientes que lo manifiestan suelen tener endometriosis en otras localizaciones.

También planteó un supuesto interesante: habría que definir si solo con visualizar ecográficamente una imagen compatible con endometriosis podría concretarse un diagnóstico, sin tener que llegar a intervenir o extirpar ese quiste para confirmar que se trata de un endometrioma. En este sentido, la doctora Segura informó que existe un grupo de trabajo que ha establecido unos criterios IOTA que han concluido que si se aprecia una imagen ecográfica compatible con endometriosis mediante ecografía transvaginal, se puede diagnosticar la enfermedad; también se han utilizado biomarcadores de manera clásica pero se ha visto que éstos solo sirven para descartar malignidad, no para diagnosticar la patología.

En todo caso, lo más importante era concretar si existía la necesidad de hacer un diagnóstico invasivo mediante laparoscopia. Para ello hay que confirmar que la ecografía tiene una sensibilidad y una especificidad tan altas que pueden suplir al diagnóstico laparoscópico, lo cual es perfectamente factible en manos de ecografistas expertos.

Por tanto, ante una paciente que tiene una endometriosis y que en ese momento no quiere tener hijos no se puede mantener una actitud expectante porque la enfermedad es progresiva. Habría que indicar un tratamiento médico con anticonceptivos y solo estaría indicada la cirugía ante un endometrioma de tamaño considerable, o si existieran indicios y evidencias de crecimiento rápido o malignidad. También se puede valorar el uso de tratamiento hormonal para controlar la progresión de la enfermedad y valorar la vitrificación de ovocitos para preservar la fertilidad de la paciente.