En la sociedad actual en la que vivimos el aspecto físico se ha convertido en una preocupación e incluso una obsesión no sólo para mujeres si no también para hombres. Existe en algunos gimnasios una tendencia, aunque no mayoritaria, a consumir anabolizantes para conseguir un aumento mayor de masa muscular sin saber el riesgo que esto conlleva y los efectos secundarios que generan, entre ellos la esterilidad.
Según un estudio que se realizó en la Universidad de Parma, Italia, los esteroides reducen los niveles hormonales de testosterona, disminuyen el tamaño testicular y el número de espermatozoides llegando a causar azoospermia, ausencia total de espermatozoides en el eyaculado.
Otro estudio realizado en España en el Hospital General de Valencia, nos da pruebas de que el consumo de estos fármacos puede causar también hipogonadismo (alteraciones de las glándulas sexuales), diferentes grados de disfunción eréctil y alteraciones de la libido.
La mayoría de esteroides anabólicos son derivados sintéticos de la testosterona como la nandrolona, la mesterolona, etc… La testosterona es una hormona producida por los testículos de forma natural, si esta hormona se administra desde fuera, de forma exógena, el cerebro ordena a las glándulas sexuales a detener la producción de la misma y no será necesario que los testículos realicen su función, la espermatogénesis. Debido a esto se irá produciendo una atrofia testicular y una disminución en el número de espermatozoides llegando incluso a desaparecer reduciendo con ello la probabilidad de tener hijos.
Esta esterilidad en principio sería reversible dependiendo del tiempo de consumo y la forma en la que se han administrado los esteroides ya sea por vía oral, parenteral o de forma combinada. La recuperación de la fertilidad conllevaría el abandono completo del consumo de estos fármacos. Según estudios realizados, en el 60 por ciento de los casos que se abandona la toma de anabolizantes se recupera la normalidad en el recuento de espermatozoides. El tiempo de recuperación comprendería entre 6 y 9 meses tras el abandonar su consumo.
En la mujer, el consumo de anabolizantes aunque no es tan frecuente como en el hombre tampoco pasa por desapercibido ya que provoca cambios menstruales e incluso cese de la menstruación, lo que reduce la probabilidad de tener hijos.
Aunque el efecto de los anabolizantes sea transitorio no es inofensivo para el organismo, también se han descrito efectos negativos sobre el hígado y los riñones.