“Tus óvulos ya no te sirven para ser madre”. Este fue el diagnóstico que obtuvo Pilar. Contaba con 42 años y deseaba tener un segundo hijo. Había estado casada con Pepa, y juntas fueron mamás con la feliz llegada de Ernesto hace 6 años. La pareja se divorció hace un par de años y comparten la custodia de su hijo. Pero Pilar quería tener a segundo hijo, y gracias a la decisión que tomó de adoptar un embrión, ahora está embarazada de cinco meses. “Yo quería sentir cómo mi hijo se iba formando dentro de mi cuerpo. No tiene mi genética, pero eso ya no es un obstáculo para mi, mi hija está evolucionando en mi vientre y en cuatro meses nacerá, es la mayor satisfacción y felicidad”, expresa.
Son muchas las parejas que tienen congelados sus embriones y que no desean tener más hijos. Según recoge la legislación española, aquellos embriones criopreservados, sobrantes de un ciclo de Fecundación in vitro, pueden ser utilizados en el futuro por la propia mujer o pareja, pueden ser donados, ya sea con fines reproductivos o a la ciencia, o deberán destruirse.
Ángela con 40 años dispuso que había llegado el momento de ser madre. Su primera opción fue recurrir a la adopción. Pero al ser soltera y por su edad quedaba en los últimos lugares de las listas de espera. Antes de tomar la decisión de ser madre sola había vivido en pareja durante unos años, pero la relación no prosperó, y su deseo de ser madre la encaminó a asesorarse con profesionales y tomar una decisión muy consensuada con familiares y amigos, quienes se comprometieron a acompañarla. “No tenía tiempo de esperar para adoptar, y decidí adoptar un embrión. El tema de herencia genética no me suponía un problema, ya que estaba dispuesta a adoptar un bebé, y la adopción de embriones me brindaba la posibilidad de vivir la gestación y dar a luz a mi hijo, y eso era lo que deseaba. Tuve un embarazo hermoso. Guardo los recuerdos de cada día, desde que recibí el resultado positivo hasta hoy”, comenta Ángela.
Indicaciones, tasa de éxito y coste
La adopción de embriones se ha triplicado en nuestro país. Es una de las opciones más demandadas por mujeres y parejas que no pueden conseguir un embarazo con sus propios gametos, y se opta por este proceso como alternativa a la donación de óvulos. Los embriones donados proceden de otras pacientes que han conseguido ser madres a través de una fecundación in vitro, que han descartado volver a quedarse embarazadas y han decidido donar los embriones vitrificados para ayudar a otra mujer o pareja a formar su propia familia.
La embriodonación está indicada en pacientes que han hecho muchos ciclos con sus gametos y que finalmente optan por cambiar ambos los gametos. En general, optan por esta alternativa mujeres que eligen ser madres solas, mayores de 40 años que han probado sin éxito una fecundación in vitro con óvulos propios. Por otra parte, el aspecto económico tiene bastante peso en la elección de este tratamiento de fertilidad, ya que el coste es mucho menor que el de la ovodonación. En la adopción los embriones ya están creados y no se requiere la captación de donantes. Las mujeres y parejas extrajeras son las que más solicitan esta opción, sobre todo las que precisan una doble donación de óvulos y esperma. Asimismo, también optan por este tratamiento parejas heterosexuales que han llevado a cabo diversos tratamientos fallidos, con frecuencia con reservas ováricas bajas, y que lo prefieren a la opción de la ovodonación.
Los embriones que se destinan para la adopción pasan un exhaustivo proceso de selección que se realiza a los donantes de óvulos y semen. Las donantes no han de superar los 35 años, y el embrión debe estar en perfectas condiciones y de la máxima calidad, lo que se traduce en altas tasas de éxito, que alcanzan el 60%
El tratamiento es bastante sencillo y no requiere anestesia ni ingreso hospitalario. Sólo se necesita preparar con medicación el endometrio de la mujer para recibir y anidar al embrión, al tiempo que se procede a la desvitrificación de los embriones y se comprueba su calidad, seleccionando para transferir los de mayor potencial de implantación. El siguiente paso será depositarlo en el útero de la futura madre. Para optimizar el proceso de implantación, se requiere la administración de progesterona, hasta la confirmación del resultado dos semanas después mediante un análisis de sangre y una ecografía.
Epigenética y duelo genético
La nueva ciencia de la epigenética ayuda a los pacientes a superar tabúes que preocupan a los pacientes en el momento de optar por un tratamiento de adopción de embriones y ovodonación.
La epigenética explica los factores no genéticos que intervienen en el desarrollo de un organismo, modificando la actividad del ADN sin alterar su secuencia. Ha demostrado que las moléculas secretadas por el endometrio de la gestante pueden modificar el embrión, influyendo en sus rasgos físicos e incluso psicológicos.
El ambiente uterino influye en gran medida en el desarrollo del bebé, lo que explica que éste tenga un importante parecido físico con sus padres. Según indican los científicos, somos 50% biológico y 50% experiencia de la vida.