En cuestiones relativas a la fertilidad, a veces menos es más. Especialmente, al hablar de tratamientos potencialmente invasivos. Gracias a los avances tecnológicos en materia de medicina reproductiva, podemos observar algo tan importante como el desarrollo embrionario sin necesidad de extraer los embriones del incubador. Un paso adelante que ayuda a la formación de familias y que explica la gran popularidad de la que goza la tecnología time-lapse en reproducción asistida.
Analizar el desarrollo de los embriones es básico para poder monitorizar y analizar el avance del proceso. Especialmente cuando, gracias a esta tecnología, puede llevarse a cabo sin que los embriones salgan del incubador. Los nuevos incubadores time-lapse son la conjunción perfecta entre un incubador convencional y un microscopio que incorpora una cámara de alta definición.
Ese microscopio con cámara incluida es lo que permite observar el desarrollo de los embriones sin que éstos deban abandonar el incubador. Y el nombre de time-lapse viene de la forma en que se toman las imágenes: cada uno de los embriones es fotografiado más o menos cada cinco minutos y, al final, esas imágenes se unen dando pie a una breve película que permite observar con gran precisión su evolución.
Ventajas del time-lapse en reproducción asistida
El dato de la fotografía cada cinco minutos tiene una dimensión que se comprende mejor al compararlo con las técnicas que se llevaban a cabo hasta la aparición de la tecnología time-lapse. Hasta ahora, la observación de los embriones se realizaba una sola vez al día durante un periodo de entre tres y cinco días, que es el tiempo que estaban en el incubador. Es decir, al cabo de esa fase de observación, cualquier información debía basarse en no más de cinco imágenes.
El time-lapse en reproducción asistida permite obtener centenares de imágenes en esa fase de tres a cinco días, hasta el punto de poder crear ese vídeo con el que observar la evolución de los embriones de manera mucho más minuciosa y detallada. Y, además, sin necesidad de que salgan del incubador, lo que supondría alterar las condiciones de cultivo óptimas ya que somete a estrés al embrión.
La tecnología ayuda a aumentar las tasas de éxito en reproducción asistida. Sin alterar el cultivo de los embriones, sin producirles estrés, y con muchas más imágenes sobre las que sacar conclusiones, los especialistas tienen más datos y más herramientas para encontrar los embriones con mayor potencial de implantación. Eso puede ayudar, también, a que el número de embriones a transferir sea menor. Es decir, mayores tasas de embarazo y menor tiempo de espera.
Los embriones no salen del incubador. Las condiciones de cultivo se mantienen óptimas y estables en todo momento. Cualquier anomalía morfológica puede detectarse gracias a la alta definición de las imágenes. Todo ello con un tratamiento menos invasivo, más potente y con una inmensa capacidad para ayudar a los especialistas, pero también para ayudar a cimentar con mayor fuerza el camino de quienes buscan formar una familia. Un objetivo más cercano desde la aparición del time-lapse en reproducción asistida.