El varicocele es un aumento de las venas del cordón espermático que drenan los testículos, estas se vuelven curvas y extendidas. Los vasos sanguíneos que nutren al testículo se originan en el abdomen, al descender forman parte del cordón espermático. El flujo de los vasos venosos está controlado por una serie de válvulas que impiden el reflujo sanguíneo. Este reflujo eleva la temperatura testicular produciendo un efecto perjudicial en la espermatogénesis, que es el proceso de formación de los espermatozoides. Esencialmente se trata de la misma causa que produce la formación de las venas varicosas, comunes en las piernas.
Frecuencia
El varicocele generalmente tiene un lento desarrollo. Más frecuente en varones entre 15 y 25 años de edad.
El varicocele se presenta en el 15% de los varones normales y en el 40% de los hombres que presentan infertilidad. Los varicoceles ocurren con mayor frecuencia en el testículo izquierdo. En la evaluación de un varón infértil con varicocele se ha de incluir una cuidadosa historia reproductiva y médica, seminogramas como los que realizamos en el laboratorio de la UNIDAD DE REPRODUCCION DEL HOSPITAL LA VEGA y un examen físico.
Tratamiento
El tratamiento se debe ofrecer al varón que desea tener hijos, cuando se presentan los siguientes factores:
– Su pareja femenina presenta fertilidad normal. En el caso de ser infértil, esta ha de ser viablemente corregible.
– Varicocele palpable.
– El varón debe de tener uno o más estudios del semen con parámetros anormales.
– Infertilidad de varón documentada.
Según los expertos, aquellos varones que no desean concebir que presenten varicocele y análisis de semen anormal, también se les debería ofrecer el tratamiento. En el caso de los jóvenes con varicocele y seminograma normal, se les realizará un seguimiento con análisis de semen cada uno o dos años.
La reparación del varicocele puede ser una opción cuando el varón presenta calidad seminal deficiente y su pareja no tiene problemas de fertilidad. Esta reparación puede ser por medio de dos técnicas: cirugía abierta (retroperitoneal, inguinal y subinguinal), o por laparoscopia. La técnica elegida dependerá de la experiencia y habilidad del especialista que la realice. La intervención viene a durar poco más de media hora y normalmente con anestesia epidural.
Después de la intervención, normalmente se debe mantener reposo de 1 a 2 días, se reanudará la vida normal en el plazo de una semana.
Hay otro procedimiento no quirúrgico, llamado embolización percutánea que se puede hacer para reparar el varicocele, en aquellos vasos sanguíneos que presentan reflujo. Se puede realizar sin necesidad de permanecer hospitalizado de un día para otro. Consiste en la inserción de un pequeño catéter (sonda) en una vena grande de la zona de la ingle y llevado hasta el varicocele, después es bloqueado por medios físicos medicamentos. La embolización es un tratamiento efectivo en aquellos varicoceles que anteriormente han sido intervenidos, se trata de varicoceles que aparecen después de haber sido intervenidos.
El 90% de los tratamientos resulta exitoso y la mayoría de los estudios indican una mejoría de la fertilidad de entre un 33 a un 60%. Por este motivo el tratamiento quirúrgico se ofrece por:
– Presentar un bajo índice de complicaciones.
– Mejorar la fertilidad.
– Mejorar los parámetros en los análisis de semen de los varones operados.
Evaluación
Después de los tratamientos se han de realizar pruebas para comprobar que los resultados han sido óptimos. Se puede hacer una venografía espermática interna para identificar el lugar donde pudiera persistir el reflujo, y en caso de existir tratarlo nuevamente. Se deberán realizar seminogramas cada tres meses después de la intervención, hasta un año después de esta o hasta obtener embarazo.
Aunque algunos expertos consideran que el tratamiento quirúrgico no es eficaz como tratamiento de la infertilidad, el varicocele es una de las principales causas de infertilidad masculina, por lo que se debe de tener en cuenta, investigarlo, diagnosticar y tratar adecuadamente.
