Diagnóstico y abordaje de la infertilidad masculina

Diagnóstico y abordaje de la infertilidad masculina

El laboratorio de Andrología de la Unidad de Reproducción Montpellier evalúa distintos parámetros seminales y patologías que impiden la fecundación, utilizando sofisticadas técnicas y aplicando el tratamiento adecuado según la naturaleza de cada caso.

Existen diversas causas que pueden afectar a la fertilidad masculina. Una de las más comunes está relacionada con alteraciones en los parámetros seminales: baja concentración espermática (Oligozoospermia); reducción de la movilidad (Astenozoospermia), o morfología alterada (Teratozoospermia). También puede tener su origen en algunas infecciones o patologías genéticas que alteran la función reproductiva, como por ejemplo las obstrucciones en los conductos seminales. El sobrepeso y el estrés influyen muy negativamente en la fertilidad del varón, así como una alimentación inadecuada, edad avanzada, aspectos medioambientales o el tabaco, alcohol y drogas.

El laboratorio de Andrología de la Unidad de Reproducción Montpellier realiza un enfoque diagnóstico adecuado para aplicar la técnica necesaria, con el objetivo de obtener la mayor probabilidad de éxito. Para la evaluación del paciente, uno de los principales estudios que se lleva a cabo es el seminograma, que evalúa posibles anomalías en los espermatozoides, analizando su volumen, pH, concentración, morfología, movilidad y vitalidad. Asimismo, se lleva a cabo un análisis hormonal de Testosterona, FSH y Prolactina, para conocer la causa que origina la baja calidad del semen, y una exploración física para el reconocimiento general de salud del varón y sus órganos sexuales.

ICSI o Inyección intracitoplasmática

Si el hombre desea tener hijos y los tratamientos médicos no consiguen remediar el problema de fertilidad, se hace necesario recurrir a las técnicas de reproducción asistida. En pacientes con un factor masculino severo, la técnica estrella para lograr la fertilización es la Inyección intracitoplasmática del espermatozoide o ICSI, una variante de la fecundación in vitro que se realiza en casos de semen patológico. Consiste en introducir con una micropipeta un espermatozoide de calidad y capacitado, en el citoplasma de cada uno de los óvulos maduros extraídos tras la punción ovárica. Una vez conseguida la fecundación, los embriones se mantienen en cultivo de 3 a 5 días en el incubador time lapse, y se seleccionan los de mayor potencial evolutivo para transferir al útero materno y lograr el embarazo.

Esta técnica se recomienda cuando se da una baja concentración de espermatozoides en el semen del hombre; en casos de no existir espermatozoides en el eyaculado; cuando el problema se encuentra en la movilidad y morfología de los espermatozoides; en situaciones de alto grado de fragmentación en el ADN, y en cualquier caso en que los espermatozoides no tengan la capacidad de fertilizar al óvulo por sí mismos.

Este proceso reproductivo proporciona la posibilidad de ser padres biológicos a los hombres cuyos testículos no pueden llevar a cabo el proceso completo de formación de espermatozoides. La ICSI permite lograr altas tasas de éxito con la ventaja de que tan sólo es necesario un único espermatozoide para lograr la fecundación, por lo que cualquier hombre, por escaso que sea su número de espermatozoides, puede conseguir ser padre con este procedimiento.

Factor masculino severo

La azoospermia es la ausencia de espermatozoides en el eyaculado. Esta anomalía se produce bien por la falta de producción de espermatozoides por parte de los testículos (azoospermia secretora), o debido a obstrucciones en los conductos por los que transcurren los espermatozoides hasta ser expulsados en la uretra durante la eyaculación (azoospermia obstructiva).

La azoospermia puede estar provocada por problemas en el desarrollo o descenso de los testículos (ausencia o escaso desarrollo del testículo, criptorquidia, etc.); inflamaciones o traumatismos del testículo, epidídimo, conductos o próstata; tratamientos de radioterapia y quimioterapia; problemas hormonales; alteraciones congénitas y/o genéticas debido a mutaciones, como son el síndrome de Klnefelter y la fibrosis quística.

Para determinar las posibilidades de que un hombre con azoospermia consiga tener hijos es necesario realizar una biopsia testicular. Si la azoospermia es obstructiva, la posibilidad de lograr una gestación mediante técnicas de reproducción asistida es más elevada, ya que existe la presencia de mayor número de espermatozoides viables. En el caso de ser azoospermia secretora no se producen espermatozoides, pero sí podrían existir focos de espermatogénesis conservada en testículos o epidídimo de donde podrían capturarse.

Es importante destacar que la azoospermia obstructiva, causada por una patología genética, es hereditaria, como es por ejemplo la fibrosis quística, una de las más comunes. En este caso se recomienda realizar un estudio genético de la pareja para saber si es portadora. En caso afirmativo, es necesario realizar un test Genético Preimplantacional para identificar aquellos embriones que han heredado la enfermedad y descartarlos, evitando su transmisión a la descendencia.