El Semen Hostil

El Semen Hostil

 

¿Y esto por qué es así?,  se preguntó una antropóloga, creo recordar que salmantina, al ser informada de lo nocivo que parece ser el plasma seminal para los espermatozoides. Lo oí en una de las últimas reuniones de estudiosos de la reproducción a las que he asistido. Y entonces emitió una hipótesis que pudiese explicarlo.

 

 

Clásicamente, al plasma seminal se le atribuyen dos funciones fundamentales: la primera servir de vehículo transportador de espermatozoides desde el aparato genital masculino hasta el fondo de la vagina, y la segunda contrarrestar el pH vaginal, cuya acidez es letal para estas células germinales del varón. Estas dos funciones se desarrollan en muy poco tiempo: el  que transcurre durante el orgasmo masculino, en que el semen se desplaza por los conductos, eyaculador y uretral, y en los segundos necesarios para el abordaje del interior del cuello uterino que desde la vagina acometen los espermatozoides, una vez han sido depositados en ésta. Después ya el plasma seminal no solo no tiene utilidad, sino que se ha demostrado que si queremos conservar con vitalidad los espermatozoides, debemos separarlos de éste inmediatamente. Es decir, el plasma seminal es hostil a los propios espermatozoides unos minutos más tarde. ¿Por qué?

 

 

La hipótesis mencionada nos retrotrae al hombre primitivo, a la sociedad no familiar en que todos copulaban con todas. Entonces, el macho dominante sería el primero en copular con las hembras que eligiera, pero no podría evitar que sus congéneres hicieran lo propio en cuanto se diese la vuelta y puede que ni siquiera experimentara el deseo de exclusividad en la relación sexual. Por tanto quizás varias horas más tarde hubiese espermatozoides de otros individuos compitiendo con los suyos en fecundar al óvulo.

 

 

El macho dominante de cualquier especie animal desea perpetuar sus genes transmitiéndolos a su descendencia, y precisamente aquí sería donde colaboraría el plasma seminal con su hostilidad al eliminar todos los espermatozoides posteriores, evitando así que accedieran a ese óvulo que, impaciente ( y efímero, ya que sólo está fecundable alrededor de 12 horas), espera en la trompa de Falopio que llegue su salvador, que también será salvado de la desaparición al constituirse, con el óvulo fecundado, en nuevo embrión. 

 

 

Por: Dr. Alfonso Rodríguez.