La alimentación y la fertilidad están estrechamente unidas. El sobrepeso puede afectar a la fertilidad del hombre y de la mujer, e interferir tanto en la concepción del embarazo natural, como en la eficacia de los tratamientos de reproducción asistida.
Se habla de sobrepeso cuando una persona pesa entre un 20 y un 30% más que el peso medio recomendando, y conlleva una cantidad de problemas de salud y enfermedades asociadas, como diabetes, colesterol, hipertensión o enfermedades cardiovasculares, entre otras.
La influencia de la obesidad en el sistema reproductor femenino es muy negativa, y aumenta las probabilidades de sufrir problemas de infertilidad, asociados a una baja actividad folicular y al empeoramiento de la calidad ovocitaria. El sobrepeso está claramente relacionado con diversos problemas ginecológicos y reproductivos como pubertad precoz, alteraciones menstruales, amenorrea, anovulación, hirsutismo, complicaciones obstétricas, esterilidad o aborto.
En el hombre, la obesidad puede afectar a la calidad del semen y a su movilidad, y aumentar las alteraciones morfológicas de los espermatozoides, reduciendo las posibilidades embarazo y aumentando el riesgo de aborto. Otro de los efectos de la obesidad en el varón es la disminución de la hormona testosterona, lo que puede tener consecuencias sobre la sexualidad masculina como la disfunción eréctil y la disminución de la libido.
Con la pérdida de peso y un estilo de vida saludable las mujeres consiguen la concepción y el desarrollo de un embarazo sin mayores riesgos. Y en los hombres posibilita la recuperación de su calidad espermática y a la fecundación natural de los hijos.
Peso saludable y efectividad de los tratamientos de reproducción
Durante el embarazo, las mujeres con sobrepeso están expuestas a mayores riesgos, teniendo más probabilidades de desarrollar diabetes gestacional, hipertensión arterial, retraso en el crecimiento del niño o parto por cesárea. Asimismo, diferentes estudios han demostrado la directa asociación que existe entre nutrición materna, ambiente periconcepcional, calidad ovocitaria y desarrollo del embrión y su metabolismo, además de la repercusión en la salud del niño después del parto.
En los tratamientos de fertilidad, la respuesta a la medicación para la estimulación ovárica se ve alterada en mujeres obesas, y en general necesitan dosis más altas para lograr el mismo efecto que en una mujer con peso normal. Por otra parte, los problemas de peso dificultan la implantación del embrión.
Para realizar un tratamiento de reproducción con seguridad y efectividad, las pacientes han de reunir ciertos requisitos de salud necesarios. El equipo de especialistas de la Unidad de Reproducción Montpellier recomiendan alcanzar primero una pérdida peso adecuada con una dieta equilibrada y ejercicio para lograr mayores probabilidades de embarazo, además de mejorar la propia salud de la paciente.
Muchas veces, perder peso no es algo fácil, ya que a menudo se trata de una situación crónica que se ha mantenido durante años y ante la que cuesta actuar. En este caso, lo más acertado es solicitar la ayuda de un profesional nutricionista para obtener los resultados deseados sin crear carencias nutricionales.
Todo ello ayudará a las pacientes a mantener un estilo de vida saludable antes, durante y después del embarazo, y a garantizar un estado de buena salud general.