Peso y Fertilidad Femenina

Peso y Fertilidad Femenina

En los años 70 comenzaron a estudiarse las relaciones entre nutrición y fertilidad, revelando que existe una relación evidente entre fertilidad femenina, peso y composición corporal. Sin embargo, los mecanismos de ésta conexión sólo empezaron a comprenderse tras el descubrimiento de la leptina.

Según diversos autores, la leptina interactúa con el eje reproductivo en múltiples lugares (hipotálamo, hipófisis, gónadas), actúa en procesos fisiológicos como la menstruación y el embarazo y es posible que tenga un papel durante la pubertad.

Se ha demostrado que algunas condiciones en las que el estado nutricional es subóptimo existen niveles anormales de leptina. Esto es debido a que dicha molécula está regulada por la composición corporal y factores dietéticos como la ingesta calórica y la composición de macronutrientes. Por lo tanto, existe una relación estricta entre la ingesta nutricional y la fertilidad, regulada por la leptina.

Una ingesta normal de calorías es necesaria para el desarrollo adecuado de la pubertad, la menstruación y la ovulación.  

Durante la adolescencia, se produce un cambio en el acúmulo y distribución de grasa en el cuerpo.  El aumento de la grasa abdominal está estrechamente asociado con una disminución de la actividad de la insulina (insulinoresistencia), por lo que para compensarlo, se produce un aumento en la secreción de esta. Esto provoca una cascada de reacciones que terminan incrementando los niveles de ciertas hormonas (estrógenos y andrógenos libres) que están implicadas en la maduración sexual.

En edad adulta, la insulina también afecta a la función reproductora actuando sobre el cerebro y generando una serie de hormonas sexuales que actúan sobre los ovarios y afectan a la ovulación y la menstruación.

Además, las propias células de la grasa (adipocitos) producen señales metabólicas, especialmente leptina, que actúa desde el hipotálamo generando una respuesta hormonal, que al igual que las reacciones que genera la insulina, afecta a los ovarios y por lo tanto a la ovulación y a la menstruación.

Ésta es la explicación de por qué algunas mujeres con deficiencias en su alimentación tienen problemas de fertilidad. Las mujeres con infrapeso, como en un caso extremo las que padecen anorexia nerviosa, rara vez ovulan y no tienen regla. Esto puede considerarse un mecanismo de protección de la madre ante un eventual embarazo que requiere un gran gasto energético al que no podría hacer frente.

Tener sobrepeso igualmente afecta a la función reproductora. Encontramos que las mujeres con sobrepeso son menos propensas a ovular y sufren más abortos que otras mujeres de la misma edad pero con un peso más saludable. El sobrepeso y la obesidad están relacionados, en algunos casos, con el síndrome de ovario poliquístico, el cual es una de las causas más comunes de infertilidad.

 

Aunque la causa de éste síndrome no es clara, ya que intervienen factores genéticos y trastornos hormonales, se ha constatado que también existe una pieza clave que es la nutrición. Tanto las mujeres con sobrepeso como con síndrome de ovarios poliquísticos tienden a acumular grasa abdominal que produce una cascada de reacciones que recuerdan a los cambios de la pubertad, anteriormente explicados, pero mucho más exagerados. Así pues las células de la grasa (adipocitos) producen un aumento de los niveles de insulina y leptina que estimulan demasiado al ovario generando cantidades excesivas de testosterona y rara vez se ovula.

Cuando la testosterona está elevada puede provocar hirsutismo (crecimiento del vello en zonas masculinas: barbilla, pecho, etc.) y a la larga hay un mayor riesgo de padecer diabetes tipo II.

En conclusión, la combinación de todos estos factores podría hacer que fuera muy difícil quedarse embarazada o mantener el embarazo, tanto cuando se está demasiado delgada como en sobrepeso.  Una dieta pobre o poco equilibrada puede contribuir a la aparición de otros problemas de infertilidad como la depresión, la disminución de la lívido o el desarrollo de la no ovulación en un ovario poliquístico previamente funcional. Pero el peso y la composición corporal pueden modificarse llevando una dieta equilibrada y una vida saludable.

Por Rosa Díaz