La vasectomía es la forma más efectiva de anticoncepción masculina, con una tasa de éxito cercana al 100%. Se realiza mediante una sencilla cirugía cuyo objetivo es impedir la liberación de espermatozoides en el líquido eyaculado.
Recuperar la fertilidad y conseguir un embarazo tras una vasectomía depende de distintos factores, pero el más importante es el tiempo transcurrido desde la intervención. La recuperación de la fertilidad tras más de 15 años no alcanza el 35%; mientras que pasados menos de 5 la tasa supera el 90%.
Los avances en reproducción asistida y los métodos para la preservación de la fertilidad han convertido el embarazo con vasectomía en una realidad que cada vez más parejas tienen en cuenta, bien porque la reversibilidad no es posible, porque esta ha fallado o porque el varón no quiere entrar en el quirófano.
En estos casos, el embarazo con vasectomía puede conseguirse mediante:
. Aspiración de espermatozoides del epidídimo. Consiste en la extracción de esperma del epidídimo de los testículos en el quirófano. Los espermatozoides obtenidos se microinyectan en los óvulos para obtener embriones viables para realizar una fecundación in vitro.
. Biopsia testicular. Es la extracción mediante un análisis microscópico de una pequeña porción de testículo con el fin de hallar espermatozoides. Es muy similar al anterior y también requiere una fecundación in vitro posterior.
. Banco de esperma. Algunos hombres antes de someterse a una vasectomía congelan una muestra seminal que después puede usarse para llevar a cabo una inseminación artificial o una fecundación in vitro.
Recuperación espermática y Fecundación In Vitro
La recuperación espermática unida a la fecundación in vitro presenta numerosas ventajas para los hombres vasectomizados que desean formar una familia.
El tratamiento se realiza mediante punción testicular a través de la piel del escroto para aspirar el líquido contenido en el epidídimo o en uno de los testículos. Esta intervención lleva entre diez y veinte minutos, y se realiza con anestesia local. Al ser un sistema no invasivo, la recuperación del paciente es muy rápida.
Una vez obtenidos los gametos masculinos se seleccionan y emplean los mejores para la fecundación in vitro (FIV) de los óvulos de la pareja y asegurar las máximas garantías de éxito. El embrión resultante y de mayor capacidad de implantación se transferirá al útero materno.